Lilia Camejo, abogada de Lorent Saleh y Gabriel Valles, informó que el día de hoy fueron canceladas las visitas en el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) , mejor conocido como La Tumba, en Plaza Venezuela.

Expresó que la defensa está preocupada por la seguridad y la integridad de Lorent Saleh, Gabriel Valles y Juan de Sousa, ya que desde horas de la tarde pudo conocerse que la zona está absolutamente tomada por organismos de seguridad. 

Camejo aseguró que Lorent Saleh había preparado un mensaje dirigido a los funcionarios de seguridad previendo esta situación, el cual fue transmitido por ella con el objetivo de que pueda llegar “a muchos funcionarios de nuestro país que hoy están recibiendo órdenes de perseguir y atropellar a nuestros amigos” –aseveró-.
A continuación, lea el mensaje:
Libres y responsables de nuestros actos.
Seguramente cuando se acerque el 1ero de septiembre, me volverán a cancelar las visitas, nos quitarán el derecho a llamadas, reforzarán los funcionarios que nos custodian y varios sótanos sobre nosotros -en Plaza Venezuela- estarán cientos de funcionarios y una que otra tanqueta, en la más absoluta actitud de intimidación, a la espera de indefensos ciudadanos que porten un tricolor. Solo podrán transitar libremente los monocromáticos «rojos», lo que lamentablemente se convirtió en rutina: el Terrorismo de Estado como práctica cotidiana frente al descontento social. 
El Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, o como es conocido, el «SEBIN», se ha convertido, lamentablemente, en la mano negra del partido de gobierno y sus accionistas. Quizás humanamente han olvidado, incluso sus más antiguos funcionarios activos, la verdadera razón de ser de su institución. No son los únicos; casi todas las instituciones de nuestra Nación se alejaron de su misión original.
Los Estados, ayer y hoy, han tenido la necesidad de contar con organismos de inteligencia y prevención que garanticen la estabilidad de la Nación; organismos capaces de neutralizar y desarticular las amenazas que pongan en peligro la paz y la tranquilidad de los ciudadanos. La Seguridad Nacional es, sin duda alguna, cosa muy seria, y con seriedad deben actuar todos los responsables de garantizarla.  
Desde el 2007 he compartido muchos momentos, no precisamente gratos, con los funcionarios de «Inteligencia y Seguridad», quienes desde el cierre del canal RCTV y el nacimiento del Movimiento Estudiantil recibieron las instrucciones de seguir a toda la dirigencia universitaria. En los próximos días cumpliré 2 años tomado como rehén por el gobierno, casi dos años compartiendo el mismo edificio -Cuartel General de Inteligencia Nacional- con sus directores, con la diferencia de que ellos están en el PH y yo en el sótano 5. No sé qué es compartir con delincuentes y presos comunes, pero sí sé qué es compartir con funcionarios de seguridad, y muchos de ellos son incluso de mi edad. Fuimos creciendo, ellos defendiendo un gobierno, yo defiendo los Derechos Humanos. Sé, más que la mayoría de los ciudadanos, las cosas terribles que han hecho, pero también sé el talento y la calidad de personas que hay entre muchos de ellos, y por lo caldeados que están los ánimos, ciertamente hay mucha gente que no ve lo que hay detrás de un uniforme. 
Hay en un país tres profesiones esenciales para el desarrollo de la Nación: los maestros, los médicos y los funcionarios de seguridad. Por algún motivo, quienes han dirigido el país los últimos 17 años, han marginado, con total abuso, a maestros, médicos y funcionarios policiales, mientras a los malandros les han regalado casas por vestirse de rojo y golpear opositores. Ustedes, funcionarios, viven en precarias condiciones y aun así son sus nombres los que reposan en los expedientes de violaciones de Derechos Humanos, por cumplir órdenes que transgreden la ley con el objetivo de maltratar a quien proteste exigiendo el respeto a los derechos en el país, y amenace así, el estado de privilegios de la cúpula política-militar.
Somos humanos y por derecho libres, pero de igual modo responsables de nuestros actos. Mi mensaje para ustedes -funcionarios de Inteligencia Nacional- es: no olviden que cada acto en ejercicio de sus funciones acarrea responsabilidad administrativa, penal e individual; no olviden que no podrán usar, bajo ningún contexto y como justificación de la transgresión a la ley y de las violaciones a los Derechos Humanos, el cumplimiento de órdenes superiores. Nadie -recuerden e investiguen-, nadie los puede obligar a cumplir órdenes en contra de la ley. Al Director General de Inteligencia Nacional le digo, usted que bien de cerca me ha conocido, que sabe las mentiras que dicen de mí en los canales del Estado, que sabe mejor que ningún otro venezolano de mi inocencia, que también es humano y venezolano, no olvide que su deber es con la Nación, que su obligación es con el Estado Nacional y no con un Partido Político en particular. Comisarios, inspectores y detectives del SEBIN, no olviden que su función es garantizar la paz y la estabilidad de la Nación, y no amedrentar y perseguir a quienes -al igual que ustedes- están cansados de la situación, pero que a diferencia de ustedes, deciden elevar la voz en un legítimo y justificado reclamo a los políticos del país por tomar tan malas decisiones y sumirnos en una de las más penosas crisis de nuestra historia.
Creo firmemente en la institucionalidad y en el Estado de Derecho, por eso les hablo con absoluto respeto a pesar de ser víctima de atroces atropellos por parte de ustedes. Seguiré junto a compañeros y activistas de DD.HH interponiendo solicitudes y acciones ante tribunales, Fiscalía y Defensoría del Pueblo, no importa que no procedan y que las engaveten, si mil veces las ignoran, mil y un veces lo haré, al igual que lo haremos en los organismos internacionales, hasta que ustedes, nosotros y todos los venezolanos aprendamos a seguir las reglas del juego y transitar por el camino de la ley y la norma, por la paz y el bien común. Espero que los calabozos no se sigan llenando de activistas y ciudadanos inocentes, y que cada venezolano pueda expresarse libremente y sin miedo. Espero que los políticos que gobiernan asuman su fracaso y que la dirigencia opositora aprenda de los errores. De todo corazón quiero que ustedes, funcionarios de seguridad, no sean instrumentos ciegos para la destrucción nacional, y por el contrario, se conviertan en nuestros héroes, hombres y mujeres con uniformes de orgullo nacional.



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