Ni las páginas de los libros pueden ocultar la crisis económica del país.
Damiano Del Vescovo, presidente de Fedecámaras Carabobo, fue claro al decir que
espera que esta sea la última Filuc que
se realiza en precariedad. Las editoriales privadas con esfuerzo aún logran
exponer y presentar sus productos.
No hay papel, tintas ni pigmentos. Tampoco repuestos para las
maquinarias. Gran parte de las obras que
se venden y editan en el país son impresas en Colombia.
Pero hay otro problema. En las 700 gandolas que no han podido llegar a
Venezuela desde Cúcuta por el cierre de la frontera hay una gran cantidad de
textos escolares y literatura.
Aunque no existe la representación de otros años en la Filuc 2015, Del
Vescovo felicitó a las autoridades universitarias porque en medio de las dificultades se logró organizar un evento de este tipo.
“La riqueza de un país se mide a través de su conocimiento, que solo se
transmite a través de los libros. Es muy importante fomentar, estimular y crear
alternativas para la sociedad porque la ignorancia se acaba solo con la
lectura”.