Usuarios denuncian picazón en los ojos y en la piel. (Foto Archivo)

Basyl Macías || bmacias@el-carabobeno.com

Picazón en los ojos y en la piel y dificultad respiratoria son algunos de los síntomas que manifiestan sentir algunos habitantes de distintos sectores del municipio Naguanagua cuando hacen contacto con el agua potable que llega por sus tuberías.

María Cedeño, habitante del Barrio Oeste I, asegura que esta situación la viven los miembros de su familia y vecinos de la localidad cuando se bañan, lavan su ropa, trastes o simplemente las manos. “El olor que percibimos es parecido al cloro, y es tan fuerte que nos pican los ojos, garganta y piel”.

Asegura que esta no es la primera vez que ocurre esta situación. “En otras ocasiones el olor viene y se va, pero ahora es más penetrante y seguido”.

Anthony Figueroa, habitante de Capremco, afirma que el excesivo olor a cloro con el que está llegando el agua potable a esta urbanización, ocasionó serios problemas de salud a su madre.

“En mi casa no le habíamos dado mayor atención a este problema del agua, y el pasado fin de semana mi madre, quien sufre de asma, se metió a la ducha a bañarse y de repente salió asfixiada, por lo que tuvimos que llevarla de emergencia a la Medicatura de Capremco”, relató.

Hace unos tres meses estas personas dijeron haber acudido a Hidrocentro, sede Los Colorados para denunciarlo. “Allí nos dijeron que estaban ocupándose de esta situación, pero ha pasado mucho tiempo y la irregularidad persiste”, acotaron en esta redacción.

Critican que la empresa hidrológica debería ocuparse de atender estos casos con la misma prontitud que lo hace cuando los usuarios se retardan en sus pagos mensuales.

En abril de 2013 y julio de 2014, este rotativo recibió idénticas denuncias de vecinos en distintas comunidades de Naguanagua, en donde denunciaban que además de barro y deficiencia del servicio, el agua que llegaba a sus casas expedía un olor a cloro que producía a su contacto, fría o caliente, excitación y comezón en ojos y la epidermis.

Los afectados plantean que la solución que han hallado para sortear esta realidad es comprar agua de botellón, para evitar malestares y posibles enfermedades de piel y respiratorias, lo que lesiona su presupuesto, pues para ello deben pagar hasta 200 bolívares semanales.

El llamado para el ingeniero Rubén Narváez, jefe de Distribución y Recolección en el municipio Naguanagua, para que esta problemática sea solucionada con prontitud y así garantizar que el agua no exceda sus valores en cloro y sea debidamente tratada.




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