“La información que tenemos -por uno de los que estaba con
él- es que a mi hijo lo agarraron entre 40 personas, lo apuñalaron, lo colgaron
para que se desangrara y se lo dieron de comer a los reclusos”, dijo el hombre,
a quien se le quebraba la voz en medio de las declaraciones.

El 8 de septiembre se dio a conocer que en ese centro de
detención preventiva se presentaba el secuestro de dos funcionarios policiales
y  nueve mujeres, parte de la visita. Los
presos buscaban con esta acción el traslado a una cárcel sin Nuevo Régimen
Penitenciario
.

La situación irregular se extendió durante un mes. Ni el
Ministerio Público, ni la Defensoría del Pueblo, ni la Iglesia Católica ni la
Asamblea Nacional pudieron mediar en el conflicto de manera positiva.

El jueves 6 de octubre, la ministra Iris Varela ingresó -sin
escoltas- al Cuartel de Prisiones y al salir, se conoció que serían trasladados
16 de los privados de libertad hacia la cárcel de Tocuyito, estado Carabobo.

“Esto empezó, lamentándolo mucho por la pelea que tiene Varela)
y el Gobernador Vielma Mora. Ahora, por darse golpes entre ellos mismos es que
estamos en este problema. Mi hijo murió hace ya 10 días. La ministra sabía que
si venía, podía resolver”, exclamó Herrera.

El viernes 30 de septiembre fue la última vez que Herrera se
comunicó con su hijo y al día siguiente, unos hombres fueron a su casa para
negociar que les entregara su carro  como
pago por preservar la vida del joven. Como no le habían dado señales de
mantenerlo vivo, se negó a ceder ante la extorsión.

Narró que el joven que le informó de la muerte de su hijo,
también le indicó que otros dos hombres habían sufrido el mismo final.
Identificó a uno de ellos como “Anthony“. “Yo no los conocía. Conocí a sus
padres ahorita en este dolor. También hay otro que está en PTJ (Cicpc) y que lo
están entregando a sus padres. Pero no le quieren decir la verdad al
país”,  vociferó.

“El señor Dorancel fue el que lo descuartizó para dárselo de
comer a todos los detenidos de Politáchira, y a quienes no lo hicieran los
golpeaban, les quitaban dedos, les partieron las piernas, les perforaron
pulmones y los golpeaban en la cabeza con un martillo; fue atroz y desastroso
lo que vivieron esas personas allá”, manifestó Herrera.

Dorancel Vargas Gómez está preso desde 1999 en el Cuartel de
Prisiones de la Policía de Táchira. Sus crímenes: matar, descuartizar y comerse
a tres personas.

Con información de Efecto Cocuyo




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