«Al llover la vía se inunda, convirtiendo invisibles los huecos». (Foto Héctor Freile)
Sara Pacheco
Transitar por la avenida Aranzazu y desconocer ciertos puntos clave es un peligro inminente. A lo largo de la vía, especialmente cerca de la entrada de La Bocaina, se podrán encontrar, entre otras cosas, bocas de visita desniveladas del pavimento, lo que de acuerdo a testimonios de trabajadores, vecinos y personas que circulan diariamente por la zona, han ocasionado varios accidentes.
«Caen a cada rato. La otra vez un señor en una moto perdió el equilibrio descuidado con lo que venía, pobrecito, se dio muy duro. La señora que iba con él de parrillera no se golpeó por milagro, pero por el impacto salió volando su casco», afirmó Mary De Sousa, quien trabaja en la zona.
Casos similares ocurren en cada momento, según De Sousa. “Un hecho parecido le ocurrió a un señor que vende verduras en bicicleta, dejó la mercancía regada en la avenida. Menos mal que los muchachos del negocio son colaboradores y lo ayudaron”. Hasta el heladero sucumbió a la irregularidad.
Esta situación se originó tras su restauración en 2012, por parte del entonces gobernador Henrique Fernando Salas. «No emparejaron lo que estaba dañado, simplemente colocaron encima el asfalto lo que conllevó a esta desnivelación», agregó una habitante quien no quiso dar su nombre.
Para Eduardo García, el verdadero problema son las fallas en el alumbrado público. “Uno pasa por aquí en la noche y no se ve nada. Más de uno ha rodado por no ver lo que tiene al frente”. Explicó que al llover la vía se inunda, convirtiendo invisibles los huecos.