EFE
Agrupaciones ecologistas advirtieron que la
deforestación es una de las principales causas de las inundaciones que
golpean a Suramérica, y que han dejado al menos 140.000 evacuados, 20.000 de
ellos en Argentina.
A través de un comunicado, Greenpeace señaló que el aumento de las precipitaciones
y la significativa pérdida de cobertura boscosa en Argentina, Brasil y
Paraguay, que se encuentran entre los 10 países con más deforestación de todo
el mundo, no permitió la natural absorción del agua.
«Cuando perdemos bosques nos volvemos
más vulnerables ante las intensas lluvias y corremos serios riesgos de
inundaciones», advirtió Hernán Giardini, coordinador de la campaña de
Bosques de Greenpeace Argentina.
Según datos de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Argentina,
desde 2007 hasta 2014, la provincia de Entre Ríos, la más afectada por la
crecida de los ríos, perdió más de 85.000 hectáreas de bosques nativos.
Jorge Rulli, miembro del Grupo de Reflexión Rural, coincide con Giardini en
vincular la deforestación al aumento de las inundaciones y destaca también el
impacto de los monocultivos, que han ganado terreno en los últimos años frente
a la ganadería.
Según Rulli, cada negocio ganadero «contaba con varios molinos y/o bombas
para riego o bebederos, que diariamente extraían grandes cantidades de agua,
abatiendo las capas de agua a sus niveles tradicionales de 30 a 60 metros de
profundidad».
Este experto en desarrollo sustentable
denunció en la revista Anfibia que las maquinarias usadas para cultivar soja,
el grano estrella del campo argentino, compactan el suelo y los pesticidas
matan la microvida que oxigena los suelos, lo que provoca que «el agua
ya no penetra sino que circula hasta acumularse».
En Argentina, las inundaciones han afectado a cinco provincias: Entre Ríos,
Chaco, Corrientes, Formosa y Santa Fe.
Además de 20.000 evacuados, la crecida de los ríos ha provocado dos muertes: un
adolescente de 13 años que falleció electrocutado y un niño de cuatro, que se
ahogó.