Eduardo Pérez lleva una larga y fructífera trayectoria en el béisbol profesional, incluyendo un título como manager de los Tigres de Aragua en el 2015-16.

El actual coach del bullpen de los Bravos de Atlanta dice estar contento con sus cargos actuales en los Estados Unidos y Venezuela, pero ha dejado en claro que quisiera tener la oportunidad de ser mánager a nivel de Grandes Ligas.

«Esa es mi meta. Todo el mundo lo sabe», dijo Pérez, quien aspira a llevar a los felinos al título de la 58 Serie del Caribe que se celebra en la República Dominicana. «Creo que (el manager de los Bravos) Fredi (González) va a estar ahí por mucho tiempo. Me encanta trabajar con Fredi. Espero que él esté ahí durante 40 años y espero estar con él durante 40 años. Pero si me llega mi oportunidad (de dirigir en Grandes Ligas), la tomaré».

Pérez, de 47 años, reúne argumentos bastante convencedores. Además de estar llegando a su décimo año como coach del bullpen de los Bravos, primero bajo el Salón de la Fama Bobby Cox y luego con el cubano González, el oriundo de Ciudad Ojeda cumplió un rol clave como jugador activo en Atlanta que le dio una excelente preparación para manejar los juegos.

Estando en los Bravos de los años 90 con los lanzadores Salón de la Fama Greg Maddux, Tom Glavine y John Smoltz, además del coach de pitcheo Leo Mazzone, Pérez tuvo un aprendizaje de primera categoría. En el caso específico de Maddux, el derecho siempre prefirió lanzarle a Pérez por encima del cátcher boricua Javier López, titular de la receptoría en ese entonces. De hecho, el actual dirigente de los Tigres fue el receptor de Atlanta que más aperturas de Maddux recibió con un total de 121.

«Es un hombre de béisbol muy, muy inteligente», dijo Cox, retirado desde la conclusión de la temporada del 2010. «Conoce el juego de arriba a abajo. Puede ser duro y salirse de sus casillas, pero puede ser calmado y tranquilo también. Lo tiene todo».

Fue por eso y mucho más que Carlos Guillén, alto ejecutivo de los Tigres, estuvo decidido a contratar a Pérez-quien había dirigido tres temporadas a Aguilas del Zulia en la LVBP-como piloto del equipo maracayero.

«Él sabe de béisbol», dijo Guillén, presente en este Clásico Caribeño. «Cuando se retiró (como jugador), se mantuvo en el juego. Jugó para uno de los mejores managers en Grandes Ligas, Bobby Cox, y jugó con John Smoltz, Maddux, Glavine y esos equipos estaban acostumbrados a ganar. Entonces, él tiene mucha experiencia y aprendió mucho de eso.

«Lo quería con nosotros porque yo había seguido su trayectoria y cómo dirigía, dándole disciplina al equipo en el clubhouse. Los jugadores lo respetan. Cuando él jugó, lo hizo de la manera correcta». 

Lasmayores.com




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