Dayrí Blanco
Nadie conoce mejor el manejo de la industria automotriz que
sus propios trabajadores, pero sus reiteradas solicitudes de reuniones al
Ejecutivo durante los dos últimos años se han desestimado. Ellos están claros.
Proponen la importación de materia prima con recursos de particulares para el
ensamblaje local de los vehículos como una medida coyuntural que dé paso a las
exportaciones y lograr así el autoabastecimiento de dólares sin depender del
Gobierno ni de la renta petrolera.
La crisis del sector es aguda. Cada día peor. Las plantas
están vacías, las líneas de producción paradas y los trabajadores en sus casas.
De mantenerse la situación será insostenible para estas empresas seguir
operando en Venezuela. Cien mil empleos están en riesgo. Christian Pereira,
presidente de la Federación Unitaria de Trabajadores Automotrices,
Autopartistas y Conexas (Futaac), señaló que el Gobierno ha sido muy temeroso
para tomar las medidas necesarias y no ha involucrado a los trabajadores en las
negociaciones.
La industria necesita arrancar y para que eso suceda es
imprescindible la liquidez de divisas porque el 70% de las piezas que se
utilizan es importado. Si el Ejecutivo no cuenta con dólares para las
ensambladoras, lo más objetivo es que sean terceros (particulares o
empresarios) los que inviertan en el material CKD y la manufactura se haga con
mano de obra nacional. “Eso generaría confianza y sería el inicio de la
recuperación”.