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Desde Sydney a Nueva York, pasando por Río de Janeiro o La Habana, millones de personas recibieron 2015 celebrando con conciertos y fuegos artificiales, aunque los festejos fueron enlutados por la muerte de 36 personas en Shanghai.

La tragedia fue provocada por una estampida humana poco antes de la medianoche del 31 de diciembre en el distrito del Bund, el malecón que alberga emblemáticos edificios, donde miles de personas festejaban la llegada del Año Nuevo.

El gobierno de Shangai abrió una investigación para esclarecer el origen de la estampida que dejó además 48 heridos, 14 de ellos de gravedad.

En Nueva York, cientos miles de personas desafiaron las gélidas temperaturas en el mítico Times Square para festejar escuchando a la cantante Taylor Swift, entre otros.

En Rio de Janeiro, más de dos millones de personas vestidas en su mayoría de blanco recibieron el 2015 en la mítica playa de Copacabana, con un impresionante show pirotécnico de 16 minutos.

Antes, un mensaje de felicitación del papa Francisco fue transmitido en pantallas gigantes en la playa: los cariocas son «un pueblo valiente y alegre que nunca se deja amilanar por las dificultades», dijo.

Cuba por su parte recibió el 2015 con una salva de cañonazos desde la fortaleza colonial San Carlos de la Cabaña, en la entrada de la bahía de La Habana, en conmemoración del 56 aniversario del triunfo de la revolución de Fidel Castro, y con un motivo adicional: el descongelamiento de las relaciones con EEUU tras medio siglo.

En Europa, Moscú abrió las festividades. En la Plaza Roja, la catedral San Basilio se encedió con coloridos fuegos artificiales.

En su mensaje de fin de año, el presidente ruso Vladimir Putin se dirigió a su homólogo estadounidense Barack Obama recordándole que ambos tienen una responsabilidad compartida para mantener la paz en el mundo.

No hubo reacción de inmediato de Obama, que pasa dos semanas de vacaciones con su familia en Kanehone, en su estado natal Hawai, desde donde divulgó en Twitter un  saludo de «Feliz Año Nuevo» acompañado de una foto en la que le da un beso en la mejilla a su esposa Michelle, debajo de una guirnalda.

En París, fuegos artificiales lanzados desde el Arco del Triunfo iluminaron los Campos Elíseos, la «avenida más linda del mundo», colmada de turistas.

En Londres, unas 100.000 personas asistieron a un espectáculo pirotécnico de once minutos a orillas del Támesis. El espectáculo fue realizado por primera vez con boletería por motivos de seguridad pública, tras la inmensa afluencia en los años anteriores. 

En España, miles de personas se concentraron en la madrileña Puerta del Sol para comer las tradicionales 12 uvas, mientras que en Barcelona se prendió fuego a un gigantesco castillo de fuegos artificiales. Estos espectáculos fueron seguidos por millones de personas a través de la televisión. 

En Berlín, el actor estadounidense David Hasselhoff (protagonista de la teleserie El auto fantástico) participó en un concierto masivo al aire libre en la puerta de Brandeburgo, que recordó otro evento similar realizado allí en diciembre de 1989, para celebrar la caída del Muro de Berlín. 

Para Lituania, el paso al 2015 también significó la entrada en el euro, mientras que su vecino letón presidirá la Unión Europea, lo que lo sitúa en la primera línea de las negociaciones con Rusia sobre el conflicto con Ucrania. 

 

– Dolor y tempestad en Asia -La llegada del 2015 no fue auspiciosa para Asia. Además de lo ocurrido en Shangai y con el dolor aún a flor de piel para muchas familias indonesias tras el accidente el domingo de un avión de AirAsia, el paso de una tormenta tropical dejó al menos 21 muertos en Malasia y 53 en Filipinas.

En medio del luto por las victimas del vuelo QZ8501 -en su mayoría indonesias- en Malasia, el país de donde tiene su sede AirAsia, las celebraciones oficiales fueron suspendidas y se vivía una nueva tragedia por las inundaciones.

En Manila, además, dos personas fallecieron por una explosión, al parecer provocada por fuegos artificiales, que incendió humildes viviendas de un superpoblado barrio de tugurios.

En Surabaya, la ciudad indonesia desde donde salió el avión estrellado de AirAsia, una vigilia con velas encendidas recordó a las 162 víctimas del fatal vuelo QZ8501.

Sídney por su parte dió la bienvenida al año 2015, con una espectacular fiesta de fuegos artificiales, ignorando el miedo a ataques «terroristas» como el que conmocionó a la ciudad este mismo mes.

En la ciudad más grande de Australia, más de un millón de personas asistieron al lanzamiento de toneladas de fuegos artificiales en racimos multicolores sobre la bahía.

«Estamos celebrando que somos una comunidad multicultural y armoniosa, aunque estaremos pensando en lo que ocurrió», dijo la alcaldesa de Sídney, Clover Moore, refiriéndose a la toma de 17 rehenes en un café del centro de la ciudad el 15 de diciembre que dejó tres muertos, entre ellos el secuestrador. 

En Pekín, la candidatura de la ciudad a los Juegos Olímpicos de invierno en 2022 iba a centrar las celebraciones en el parque olímpico de la capital, en presencia de numerosos atletas y del pianista Lang Lang. 

En Afganistán, el año nuevo trae el fin de la misión de combate de la OTAN aunque la insurrección de los talibanes sigue vigente después de 13 años de intervención militar. En Dubái celebraron el cambio de año con unos grandes fuegos artificiales en Burj Khalifa, la torre más alta del mundo.




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