Vista de unos coches carbonizados tras un ataque con coche bomba en Bagdad. (Foto EFE)
EFE
El primer envío de armas alemanas a los kurdos de Irak llegará a su destino la próxima semana e inaugurará la entrega del primer tramo de 600 toneladas de la contribución de Berlín a la lucha contra los yihadistas de Estado Islámico (EI).
Según informó este lunes el portavoz del Ministerio de Defensa Ingo Gerhartz este primer envío tendrá lugar alrededor del miércoles de la próxima semana, en función de cuestiones logísticas.
Este primer tramo contiene 4.000 fusiles de asalto G3, 4.000 pistolas P1, 20 misiles antitanque MILAN, 120 lanzacohetes antitanque, 50 pistolas de bengalas y 20 ametralladoras MG3, según una nota del Bundeswehr (Ejército alemán).
Además, el envío inicial de Alemania para las fuerzas kurdas incluye «cocinas de campaña, tiendas de campaña, gafas de protección y camiones».
El Gobierno alemán ha programado su contribución armamentística para los kurdos en Irak en tres tramos.
El envío del primer tramo fue anunciado mientras el gobierno alemán ya se plantea ampliar su participación, según varios medios locales, y de forma paralela al arranque de una reunión en París para coordinar el esfuerzo internacional en la lucha contra el EI.
El Gobierno alemán aprobó hace algo más de dos semanas el envío de armas y munición a las tropas kurdas, una decisión que rompió con la política defendida hasta ahora por Berlín de no autorizar suministros militares a regiones en conflicto.
Tanto la canciller Angela Merkel como su ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, han expresado su compromiso con la alianza internacional contra el yihadismo del EI auspiciada por Estados Unidos, aunque descartan una participación alemana en misiones de combate.
El viernes, el ministro de Interior, Thomas de Maizière, prohibió con efectos inmediatos todas las actividades del EI en el país, lo que incluye la exhibición de sus símbolos y distintivos, recogida de fondos para la organización yihadista o el proselitismo en internet.
La decisión fue adoptada después de comprobar la propaganda que hace la organización de sus actividades también en alemán y la radicalización de sectores islamistas dentro del país.
De Maizière recordó, al anunciar la prohibición, que 400 personas han salido del país para luchar en Siria e Irak y que más de 40 de ellos han muerto, uno de ellos en un atentado suicida.
