Ana Isabel Laguna || alaguna@el-carabobeno.com

Cada vez que se va a comprar, lo que se consigue ha registrado un
aumento; las caraotas negras que se podían adquirir a Bs 500 el kilo, a la
semana alcanzaron los Bs 1000.  Los retiros de efectivo en los cajeros se
hacen más frecuentes de lo acostumbrado, -lo que economistas denominan el
“costo de la suela de zapato”-. Son  algunos de los síntomas que indican
que el país se encamina hacia la hiperinflación.

La definición clásica apunta a que hay hiperinflación cuando
mensualmente el alza de precio alcanza 50%, hasta llegar a 12.000% anual.
Venezuela aún está lejos de esas cifras, pero entró en una espiral de aumento
acelerado de precios y está en un punto en que se puede perder el control,
alerta el economista Francisco Contreras.

Hasta los momentos, la inflación en Venezuela tiene un crecimiento
intermensual superior a 20 puntos porcentuales, que ubicaría la acumulada en
106% -lo que va de este año- y la anualizada a agosto de 2015  en 150%,
según las cifras que maneja el profesor Carlos Ñáñez, de la UC.  “Los
procesos hiperinflacionarios son fallas de políticas que ya la modernidad de la
economía había solventado; es como encontrar a un enfermo de viruela o poliomielitis
en esta época. Venezuela es el país con más alta inflación del planeta”.

Fue en febrero 2015 la última vez que el Banco Central de Venezuela
publicó las cifras de inflación, mes de cierre para la publicación de inflación
del año anterior, que alcanzó 68,5%. Desde entonces no hay cifras oficiales.
Las estimaciones de Econométrica, Ecoanalítica, Barclays y Bank of America,
entre otras firmas, señalan que a final de 2015 estaría cerca del 200%.
Incluso, economistas como Francisco Contreras pronostican que puede llegar a
300%.

Los últimos datos del Centro de Documentación y Análisis Social de la
Federación Venezolana de Maestros (Cendas) muestran esa proyección. La canasta
básica de junio se ubicó en 54.204 bolívares, un “histórico” aumento de 26,5%
con respecto a mayo. “Se está operando un proceso de inflación galopante que se
agrava día a  día”, expresa Contreras. Según sus cálculos, en 25 años no
se había experimentado una contracción de salario tan fuerte.

“El aumento acelerado de los precios viene aparejado con la pérdida del
poder adquisitivo de los trabajadores y del patrimonio de las empresas con
ahorros en bolívares”, refiere un reporte de Econométrica.

Indicadores “a la vista”

Que el BCV no publique los indicadores económicos ni los balances
financieros, para el especialista Carlos Ñáñez refleja la falta de
independencia y autonomía del instituto emisor e impide la rendición de
 cuentas sobre la inflación, la escasez y determinar –por ejemplo- el
estatus de Pdvsa, que a la fecha le debe al ente 84 mil millones de dólares que
convirtió en bolívares, fomentando así también la alta inflación.

-Cuando la Casa de la Moneda imprime dinero sin contar con un soporte en
reserva internacional, se presiona la estructura general de precios, precisó el
académico, quien aclara que la falta de autonomía del BCV permite la emisión de
dinero para financiar el gasto público, principal fuente de la inflación en
Venezuela.

A juicio de Francisco Contreras  otro factor que impulsa la
hiperinflación es la apuesta del Gobierno  de mantener un tipo de cambio
artificialmente bajo, ocasionando que los ingresos por las exportaciones
petroleras no alcancen para cubrir los gastos, lo cual obliga al BCV a financiar
a Pdvsa imprimiendo dinero inorgánico; “el cual entra en la economía empujando
los precios al alza, en un mercado donde la oferta de bienes y servicios está
contraída”.

Incrementar la producción para obtener recursos y racionalidad en las
erogaciones del Estado, son parte de las medidas que pudieran frenar la espiral
inflacionaria, propone Ñáñez. “El gasto público supera el 23% del Producto
Interno Bruto. Es decir, el Gobierno gasta 23 veces más de lo que produce
 durante todo un año. Lógicamente esta anomalía presiona a la estructura
general de precios, porque incrementa el déficit fiscal”.

La unificación cambiaria es otra  medida que ayudaría a detener la
escalada inflacionaria, concuerdan   ambos economistas. 

-No podemos seguir teniendo cuatro sistemas cambiarios: 6.30;  12;
200; 700… Bs por $. La brecha entre el tipo de cambio Cencoex y el paralelo
es superior al 11.000%, por lo que continua el incentivo para obtener dólares
baratos, no para obtener la ganancia en bolívares, sino hacerse de un “capital”
para llevárselo al extranjero,  con lo cual se le hace un daño inmenso a
la República, limitando las posibilidades de salir del fenómeno inflacionario,
advirtió Ñáñez.

De no tomarse este tipo de medidas, los expertos estiman que en los
próximos 24 meses se desarrolle una hiperinflación en toda regla. 

Con un billete de
1.000 Bolívares en las manos

Y como ya el billete de más alta denominación, el de Bs 100, no
tiene capacidad de compra, hay consenso entre los especialistas de que el BCV
tenga que apelar por el billete de 500 y 1000  bolívares, con lo que
determinaría la alta inflación que nos devora, pero lo cual tendría un efecto
positivo: “Permitiría bajar el costo de transacción para la obtención de
efectivo, ante la recurrencia a cajeros y taquillas bancarias para obtener
liquidez. Situación de la que ha derivado que la asociación bancaria disminuya
la cantidad que se dispensa a través de estos dispositivos, de máximo de 6 mil
a 3 mil bolivares. Y si tampoco se adoptan estas nuevas especies, se seguirá
con la escasez de los actuales billetes de alta denominación. Por lo que los
expertos observan que a corto plazo no se vislumbra un refugio claro para
guarecerse de esta tormenta.

Recomendaciones…

– Uso racional de
las tarjetas de crédito.
 Endeudarse con ellas siempre y cuando
el consumo esté asociado a una alternativa factible de inversión: adquirir un
horno, completar para un vehículo, maquinaria o imprevisto de salud, porque el
impacto inflacionario diluye la deuda. No así para honrar gastos corrientes
(pago de mercado, servicios o avances en efectivo), porque distorsiona el poder
de compra y compromete los ingresos.

– Evitar gastos
superfluos,
 como los de recreación, adquisición
de bebidas alcohólicas, reposición de muebles del hogar si no están deteriorados.

– Establecer
“compras a futuro”,
 como adelantar estrenos de los niños;
recomendable ante la escasez y el incremento de precios.

– Abastecerse de
bienes de la canasta alimentaria no
 perecederos cuando
se encuentren, como harina precocida, enlatados. Mantener un fondo para
adquirirlos permite protegerse de compras a futuro y proteger los “ahorros” en
bolívares que pierden su poder real y paridad de compra.




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