Dayrí Blanco
A Joselín Peñaloza se le ve salir nerviosa del trabajo con su uniforme blanco. Son las 7:00 p.m. ve el reloj y apura el paso. La han atracado dos veces en la misma calle, justo a esa hora. La entrega de la guardia nocturna en la Maternidad del Sur se ha convertido en un blanco fácil para la delincuencia.
Lo mismo pasa en el resto de los centros de salud de la región. “Solo un miliciano por turno que no tiene ni un rolo, custodian los hospitales y ambulatorios”, denunció Julio García, presidente del Colegio de Enfermeros de Carabobo, quien lideró la protesta del gremio la mañana del jueves en las puertas de la comandancia general de la Policía de Carabobo.
Cuatro veces en menos de un mes han robado en el Hospital González Plaza de Naguanagua. Dentro del recinto hasta hubo una persecución policial a tres delincuentes. En promedio se registran 15 denuncias diarias ligadas a la inseguridad entre ese centro, la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera (CHET) y la Maternidad del Sur.
A partir de las 6:30 p.m. el peligro se desata. A Peñaloza le robaron sus instrumentos de trabajo y la segunda vez le quitaron el celular. Para resguardar las medicinas e implementos los enfermeros deben poner bajo llave todo para evitar que los pacientes se queden sin sus tratamientos.
En la comandancia de la Policía entregaron un documento con una serie de exigencias. Pidieron al director del ente y a la Gobernación mayor presencia de cuerpos de seguridad en los centros de salud y que se habilite un servicio de transporte para la movilización del personal que entrega y recibe las guardias en horario nocturno.
