Dayrí Blanco
El inventario esta en cero. Los hornos han estado apagados
por dos días en las panificadoras de la ciudad. No hay pan para perros
calientes y hamburguesas. La escasez de harina de trigo ha sido determinante
durante las dos últimas semanas, en las que los despachos de los proveedores se
han reducido en 75%.
El suministro regular que recibían estos negocios era de 200
sacos de 45 kilos semanalmente. Ahora, con suerte, cada 10 o 12 días les llevan
50 unidades que además deben saber administrar. Salvatore Russo, dueño de un
establecimiento, explicó que antes usaban 25 sacos diarios y ahora se limitan a
usar ocho. De cada uno se preparan 50 paquetes de diferentes tipos de panes.
Los clientes están pagando las consecuencias de esta crisis
de insumos. Hasta seis horas de cola pasan para abastecerse de mercancía
quienes se dedican a la venta de comida rápida. Desde las 4 a.m. se les ve
llegar a los establecimientos en La Candelaria.
El precio representa un problema adicional. Durante el
primer semestre de 2015 el saco de harina aumentó 90% al pasar de 900 a mil 700
bolívares. Para el comprador los números tampoco son los mismos. El paquete de
pan de hamburguesa se incrementó en 30% y de perro caliente en 80%.
Galletera Carabobo
La crisis de harina de trigo provocó también que la planta
Galletera Carabobo adelantara las vacaciones a sus trabajadores, debido a que
la compañía se quedó sin en el insumo principal para elaborar sus productos,
cuyos proveedores son Cargill y Mocasa,
empresas con déficit de trigo importado.