Venezuela abunda en pacientes que aguardan una cirugía durante semanas o meses. (Foto Archivo)

AFP

La escasez de insumos hospitalarios abarca el 80% de los ítems de uso cotidiano e incluso se están reutilizando marcapasos cardíacos donados por familiares de fallecidos, dijo el director ejecutivo de la Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales (AVCH).

En una clínica «todos los días se necesitan alrededor de 379 rubros. En este momento están en falta absoluta, es decir que no hay nada en inventario, 296», dijo Cristino García, cuya entidad reúne 236 clínicas y hospitales privados.

García, interrogado por la AFP acerca del tema de los marcapasos, explicó que «familiares de fallecidos han contactado agencias de distribución y médicos tratantes para donar los aparatos. El reciclado de marcapasos cardíacos está comprobado».

La reutilización de marcapasos ha sido preconizada por algunas organizaciones en Estados Unidos desde 2010, pero tanto allí como en Europa sigue sin ser legalizada. Sin embargo, en la Venezuela de hoy incluso se ofertan marcapasos usados en sitios de comercio electrónico.

La sequía de divisas ha llevado al gobierno de Nicolás Maduro –que monopoliza los dólares– a escatimar su entrega a importadores, colocando al país con las mayores reservas petroleras en un default comercial selectivo, con deudas estimadas en más de 3.000 millones de dólares solamente en el sector salud.

El derrumbe a menos de la mitad de los precios del petróleo, que genera 96% de las divisas, hace temer un futuro más complicado con ingresos que ni siquiera equiparan los montos de importaciones de alimentos y medicinas de años pasados.

Morir en lista de espera

Venezuela abunda en pacientes que aguardan una cirugía durante semanas o meses, y en la espera a veces fallecen. Otros engrosan interminables colas en las que diariamente padecen multitudes frente a farmacias de todo el país a la caza de antibióticos, retrovirales o una simple pomada analgésica.

Yahaira trabajaba de limpiadora, tenía un problema cardíaco (válvula bicúspide) y debía ser operada, pero al ser considerada una intervención «no urgente» quedó en lista de espera hasta que hubiesen insumos. «Un día antes de Navidad tuvo una crisis y falleció camino al hospital», relató su viudo a la AFP.

«Ya se hizo público el fallecimiento de 13 pacientes del servicio cardiológico del hospital clínico universitario por escasez de insumos como prótesis valvular de aorta», explica María Yánez, presidente de la Red de Sociedades Científicas Médicas en un coloquio sobre el estado de la salud en Venezuela.

Informes evocados por Yánez agregan que otros 42 pacientes que aguardaban turno para cirugía en sus casas habrían fallecido por las mismas razones.

Volver 50 años al pasado

«Rechazamos tener que volver a la medicina que se hacia hace 50 años», dice Cristino García al señalar que por falta de insumos se abandonan métodos modernos como cirugías laparoscópicas y se vuelve a «abrirle (a un paciente) medio segmento corporal, y exponerlo a complicaciones, infecciones y largos postoperatorios».

Yánez agrega su cuota de malas noticias: «Estamos llegando a un punto de quiebre. La escasez de insumos médicos quirúrgicos llegó a un nivel crítico y los inventarios de las empresas distribuidoras están en cero».

En el mismo foro sobre el estado de la salud esta semana, la presidenta del Colegio de Enfermeras de Caracas, Ana Rosario Contreras, dijo que por falta de medicinas deben recurrir al hielo para contener a pacientes con convulsiones.

La lista de medicinas faltantes se calcula entre 60 y 70% del nomenclador, según la Federación Farmacéutica Venezolana.

Piedad sanitaria internacional

«A mi hijita la atropelló un motorizado (motociclista) y la arrastró 30 metros allá (donde vivimos) en Guarenas. Se le quemó la carita al lado del ojo. En el hospital nunca tuvieron una pomada que le dio la doctora. Yo busque dos semanas y nada. Gracias a Dios la hermana de una amiga estaba en Colombia y me la trajo», dice Tibisay Suárez a la AFP.

Las visitas a las farmacias extranjeras se han vuelto parte del ritual de los residentes en Venezuela… si consiguen boletos aéreos.

Dos semanas atrás un periodista de la AFP Caracas, en desplazamiento en un país centroamericano, aprovechó para surtirse de medicinas. La extensa lista de compras, en un momento, intrigó a la farmacéutica, quien dejó atrás sus dudas, cuando el reportero explicó: «Es que vivo en Venezuela».

E incluso al pedir antibióticos, para los cuales la prescripción disponible no era válida en ese país, la profesional lo miró, suspiró y dijo: «No debería vendérselo… pero yo entiendo. Usted vive en Venezuela», y los entregó con una sonrisa piadosa.




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