AFP

El ex primer ministro británico David Cameron, que dimitió en junio al perder el referéndum sobre la Unión Europea, anunció este lunes que abandona también su escaño de diputado, el último cargo político que ostentaba.

«En mi opinión, las circunstancias de mi dimisión como primer ministro y la realidad de la política moderna hacen muy difícil continuar (…) sin convertirme en una distracción», dijo Cameron en un comunicado.

Cameron defendió la permanencia en el bloque europeo en el plebiscito del 24 de junio y salió derrotado.

«Apoyo plenamente a Theresa May y tengo toda la confianza en que el Reino Unido brillará bajo su liderazgo», aseguró el político de 49 años, que dijo que no sabe a qué se dedicará a partir de ahora. 

«Obviamente, voy a tener que empezar a construir una vida fuera de Westminster», explicó, en una entrevista con la cadena ITV, el que era hasta ahora diputado por la rica circunscripción de Witney, en el sur de Inglaterra.

«Tengo sólo 49 años y todavía puedo contribuir al servicio público de nuestro país», añadió en la televisión. «Quiero seguir haciendo campaña a nivel local, nacional e internacional a favor de causas que fueron parte de mi mandato», estimó.

Su sucesora, Theresa May, se dijo «orgullosa» de haber servido en el gobierno de Cameron, como ministra de Interior. «Bajo su liderazgo», añadió May, logramos grandes cosas. No sólo estabilizar la economía, sino también hacer grandes avances en su programa de reformas sociales», aseguró en un comunicado en su cuenta en la red social Facebook.

Un legado marcado por el Brexit

Cuando ITV le preguntó cómo sería recordado, Cameron aseguró: «estoy seguro de que me recordarán por haber honrado mi compromiso de celebrar el referéndum (sobre la UE), una promesa que muchos creían que no mantendría».

Bajo su mandato, el Reino Unido legalizó el matrimonio homosexual y se recuperó económicamente de la crisis, a golpe de austeridad presupuestaria, pero muchos no le perdonan que convocara el referéndum de la UE, el segundo gran plebiscito de su mandato tras el de independencia de Escocia.

Cameron ganó dos elecciones legislativas, en 2010 y 2015, pero dimitió al año de iniciarse su segundo mandato. 

«Nos llevó a un referéndum que no quería y lo perdió. En junio abandonó a su país y ahora ha hecho lo mismo con sus circunscriptores», estimó Dave Prentis, el secretario general del sindicato Unison.

«Será recordado como el primer ministro que presidió enormes recortes de servicios públicos esenciales y sacó al país de Europa. Un legado venenoso», añadió el sindicalista.

Un prototipo británico

Cameron, de una familia acomodada, nunca levantó grandes pasiones, ni en su partido ni entre sus electores. El político de 49 años es padre de tres hijos y estudió en el prestigioso colegio privado de Eton.

«Es educado pero no es un intelectual, es determinado, pero no dominante, es un caballero pero no es ‘snob’ (…) Es creyente, pero no demasiado creyente. La gente como él tiene bastantes limitaciones, como la falta de originalidad, la ausencia de pasión y la tentación de la autosatisfacción, pero antaño dominaron el mundo», escribió su biógrafo Charles Moore.

Para Moore, representa «el perfecto prototipo moderno de una especie británica muy antigua». 

En Eton coincidió con el que sería alcalde de Londres, Boris Johnson, que entonces se perfilaba como más brillante y prometedor, y que contribuyó a la muerte política de Cameron liderando la campaña Brexit.  

Su trayectoria en Oxford y su entrada en política transcurrieron sin incidentes. Su ascensión fue rápida: en 2001 fue elegido diputado, en 2005 llegó a la cabeza del Partido Conservador, y en 2010, nueve años después de entrar en el Parlamento, se convirtió en Primer Ministro. 

Como líder conservador, emprendió la tarea de modernizar la vieja formación y actualizarla con el mantra del conservadurismo «compasivo». También quiso terminar con las disputas sobre Europa, un motivo constante de cruentas batallas que terminó con carreras como la de la Dama de Hierro y acabó también con la suya.




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