EFE

Jihad Diyab, el exrecluso del penal estadounidense de Guantánamo (Cuba) acogido en Uruguay, retomará su huelga de hambre «seca» este lunes, por lo que dejará de ingerir líquidos y continuará sin consumir alimentos, medida que sostiene ya hace más de un mes, indicaron este viernes activistas allegados a él.

«El lunes él plantea que retoma la huelga (de hambre) seca. Nosotros estamos hablando con él, pero la situación es que el lunes va a retomar la huelga seca nuevamente», expresó a Efe Alejandra de Bittencourt, referente del Grupo de Apoyo a Jihad Diyab, un colectivo de activistas allegado al sirio y en permanente contacto con él.

A pedido de este grupo, tras unas dos semanas sin ingerir líquidos y más de un mes sin comer, Diyab accedió a volver a hidratarse por el plazo de una semana a partir del pasado lunes para mejorar su salud ante el riesgo «inminente» de perder la vida, aunque había adelantado que proseguiría con la medida si no obtenía una solución desde el Gobierno.

De este modo, dijeron los activistas, se lograba «ganar tiempo» en las negociaciones que lleva a cabo el Gobierno uruguayo para cumplir con su petición de dejar el país y ser reubicado junto con su familia en otro país, preferentemente árabe.

A pesar de que las autoridades han reconocido estar buscando una solución a los problemas de Diyab, hasta el momento ningún país ha accedido a acogerlo.

No obstante, De Bittencourt aseguró esta noche durante una vigilia en la puerta de la Cancillería uruguaya que el estado de ánimo del sirio «en todo momento ha sido alto, ya sea en la indignación, en la bronca o en el dolor».

«Se habló mucho de su crisis depresiva. Él no está en una crisis depresiva. Él es muy consciente de lo que está haciendo», aseguró.

La activista expresó que el sirio «ha pedido que se trasmita la preocupación y la angustia que tiene en este momento, ya que hace cuatro días la esposa fue internada con un problema cardíaco producto de todo el estrés de todas estas situaciones».

«Es una persona que no eligió ni estar en un grupo terrorista, ni después estar en Guantánamo, ni venir para Uruguay. Hace 15 años que no puede retomar el hilo de su vida», opinó

«Es tiempo de que alguien diga desde el punto de vista humano que este hombre tiene que poder rehacer su vida. Rehacerla no puede, es imposible reconstruir todo eso, pero intentarlo por lo menos», concluyó.

Esta semana, el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, aseguró que la situación de Diyab es ajena al Gobierno, aunque incidió en las tratativas de alto nivel que realiza la Cancillería.

«Este tema, que no es fácil, no depende del Gobierno uruguayo. Se está haciendo todo lo posible, pero reitero lo que hemos dicho en más de una oportunidad: si los países a los que el ciudadano sirio quiere ir no lo reciben, no podemos hacer nada», expresó el mandatario.

El refugiado abandonó Uruguay a mediados de junio y a fines de julio se presentó en el consulado de ese país en Caracas, donde pidió apoyo para completar sus reivindicaciones, pero a la salida de dicha sede diplomática fue detenido por las autoridades venezolanas y deportado a Uruguay semanas después.

Junto a otros tres sirios, un tunecino y un palestino fue acogido en Uruguay en diciembre de 2014 como parte del compromiso del entonces presidente uruguayo, José Mujica, de colaborar con su par estadounidense, Barack Obama, en el plan de cierre del penal de Guantánamo. 




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