EFE
La caza,
el tráfico ilegal y la deforestación de los bosques está llevando al borde de
la extinción a miles de especies de grandes animales en todo el mundo, pero qué ocurre cuando estos ejemplares desaparecen.
Un estudio publicado hoy en la revista Science Advances advierte por primera
vez que la defaunación o extinción de los animales grandes tiene serias
implicaciones en las interacciones ecológicas, empobrece los bosques y acelera
el cambio climático.
El estudio analiza por primera vez lo que sucede cuando desaparecen los grandes
animales que se alimentan de frutas (Frugívoros), los cuales son cruciales
para la reforestación y la regeneración natural de los bosques, según explica
profesor investigador de la Estación Biológica de Doñana y coautor del estudio,
Pedro Jordano.
Debido a su dieta, estos animales como los tucanes, los tapires,
o los grandes primates ingieren gran cantidad de frutos de las plantas,
semillas de gran tamaño que después defecan o regurgitan y devuelven al bosque
en las condiciones adecuadas para su germinación.
«Esta circunstancia no sólo favorece a estos animales sino también a los
bosques, es lo que llamamos una interacción ecológica mutualista, es
decir, que favorece a ambas partes«, insistió.
Según Jordano, las conclusiones del estudio son extrapolables a todo el planeta, ya que más
del 90 por ciento de las especies leñosas de árboles y arbustos de todo el
mundo, y el 60 por ciento de los bosques mediterráneos dependen de los
frugívoros para su conservación.
El estudio propone que los programas de reforestación y compensación
por emisiones de carbono, llamados «REED+», tengan en cuenta el mutualismo y contemplen a estos animales como parte fundamental de los
ecosistemas.