Darío Sánchez García
Entre 30 y 40 familias beneficiarias de un proyecto de viviendas paralizado desde hace más de un año, ingresaron a las casas inconclusas que les serán asignadas por el Gobierno, por temor a que sean invadidas.
El miedo no es lo único que motivó a las familias. Los
ranchos en donde vivían colapsaron de aguas cloacales y muchas fueron
desalojados de sus habitaciones alquiladas, informó Carmen Álvarez, vocera
comunal del proyecto.
Si el Ministerio de Vivienda y Hábitat no es capaz de
ofrecer una respuesta positiva este viernes, no se descarta que las 120
familias ingresen a las casas sin servicio de agua, instalación eléctrica,
cloacas, calles sin asfaltar y en condiciones indignas, adelantó la vecina.
Necesitan un techo y eso es lo que tendrán si ingresan antes
de la inauguración, añadió Álvarez.
Las casas debieron ser entregadas en 2012 tras una visita
del ministro Ricardo Molina, en la que
anunció la construcción de esta obra y la del complejo habitacional Rosa
Inés, proyecto de más de 100 viviendas que tampoco ha sido inaugurado, las
casas tampoco han sido terminadas.