El doctor  Jaume
Capdevila, oncólogo y médico adjunto del Servicio de Oncología del Hospital
Vall d’Hebron, de Barcelona  explicó que
los tumores neuroendocrinos (TNE) constituyen un grupo heterogéneo de neoplasias.
Se originan en las células neuroendocrinas de la cresta neural, glándulas
endocrinas, islotes o sistema endocrino difuso. Estas cavidades durante el
desarrollo embrionario se distribuyen por todo el cuerpo, por este motivo los
TNE pueden localizarse en diversos órganos.

En una nota de prensa se detalló que, el especialista en
oncología expuso que los TNE son relativamente poco frecuentes y se ha
observado un aumento en su incidencia en los últimos 30 años, gracias a la
mejoría de las técnicas diagnósticas y a la mejor identificación de los casos.
Aunque su incidencia es baja, su prevalencia es significativa debido a la
historia natural de la mayoría de estos tumores, de lento crecimiento y de
larga supervivencia.

Avances en el tratamiento

El médico adjunto del Servicio de Oncología del Hospital
Vall d’Hebron, de Barcelona, agregó que las decisiones terapéuticas de los
pacientes con tumores neuroendocrinos deben tomarse en el contexto de comités
multidisciplinares que incluyan todas las especialidades involucradas en el
manejo de esta enfermedad.

Por ello, se han utilizado análogos de la somatostatina con
fines terapéuticos, este tipo de fármaco tiene una doble indicación: el
tratamiento del síndrome hormonal secundario al TNE, como puede ser el síndrome
carcinoide o las señales asociados a los TNE pancreáticos funcionantes, como
el  VIPoma, el somatostatinoma o el
glucagonoma; y el tratamiento antitumoral.

Es importante decir, que actualmente los análogos de la
somatostatina siguen en estudio con el objetivo de retrasar el crecimiento
tumoral y aumentar la supervivencia. Por otro lado, se ha estudiado el uso de
interferón, que al igual que en el caso de los análogos, presenta su mayor
beneficio en la consecución de estabilizaciones y de control sintomático, pero
con una toxicidad bastante superior que limita su uso en la práctica clínica
diaria.

Por su parte, el especialista agregó que la sensibilidad de
los tumores neuroendocrinos gastroenteropancreáticos a la quimioterapia varía
según su grado de diferenciación celular y la localización del tumor primario.
Los tumores de intestino delgado muestran tasas de respuesta más que modestas a
esta terapia. Es importante agregar, que este tipo de tratamiento no se
considera una opción ni de primera ni de segunda elección en este grupo de
pacientes, reservándola para aquellos con tumores más agresivos o cuando
fracasan todas otras opciones terapéuticas.

Los TNE del páncreas son tumores más sensibles a la
quimioterapia, con tasas de respuestas superiores, las series más recientes
oscilan entre el 15-25%. Actualmente los esquemas más utilizados para este
método son los dobletes de estreptozocina con fluoracilo o con adriamicina. En
los últimos años han emergido nuevos tratamientos de quimioterapia que pueden
tener más actividad en un subgrupo de pacientes con esta patología de origen
pancreático, como la temozolamida.

 Los carcinomas
neuroendocrinos pobremente diferenciados, muestran una alta tasa de respuestas
a la combinación de quimioterapia con cisplatino y etopósido, siendo éste el
esquema de elección en este subgrupo de pacientes. El galeno expresó que los
radionúclidos también se encuentran dentro de los avances de los tratamientos,
ellos se basa en la capacidad de las células neuroendocrinas de expresar
receptores de somatostatina a los que se unen sus ligandos unidos a moléculas
radioactivas que son capaces de destruir las células tumorales por efecto de la
radioactividad directo y actualmente está en la última fase de estudio.

Los recientes avances en el conocimiento de la biología
molecular de los TNEGEP han dado lugar al desarrollo de múltiples estudios,
evaluando la eficacia y tolerabilidad de distintos grupos de fármacos dirigidos
contra dianas moleculares concretas. Los fármacos inhibidores de receptores con
actividad tirosina cinasa y un efecto antiangiogénico, así como los inhibidores
de la proteína mTOR, han logrado demostrar su actividad en TNE de origen
pancreático y se está estudiando en la actualidad su eficacia en otras
localizaciones tumorales.

Por otro lado, dentro de los nuevos fármacos
antiangiogénicos se tiene el Sunitinib, la cual ha confirmado su eficacia en un
ensayo fase III en TNE de origen pancreático y ha permitido su aprobación y
utilización en esta población de pacientes. En otro estudio se tiene el
Everolimus, un inhibidor de mTOR, también ha demostrado su eficacia en la misma
población de pacientes con TNE de origen pancreático. La realización de ensayos
clínicos evaluando la actividad de estas medicinas en combinación o junto a
quimioterapia podría representar el próximo escalón en la búsqueda de la
terapia más eficaz para los TNEGEP avanzados, expresó el especialista oncólogo.

Con información de nota de prensa




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