AP

El
partido, y el intento por un histórico octavo título para Roger Federer en
Wimbledon, estaban a punto de finalizar el miércoles luego de poco más de hora
y media de juego.

Abajo
dos sets a cero, el suizo estaba en desventaja de 0-40 con su servicio y
empatado a tres en el tercer parcial.

Una
vez que resolvió ese problema, su duelo de cuartos de final ante Marin Cilic
estuvo cerca de concluir 45 minutos después, en el cuarto set, cuando Federer
tenía match point en contra en 5-4. O, tal vez, 10 minutos y dos games después,
cuando Cilic se colocó nuevamente a un punto de avanzar.

Quizás
el partido debió terminar 10 minutos después, cuando el croata tuvo un nuevo
punto para partido.

Durante
todo ese proceso y a un mes de cumplir 35, Federer jamás se amedrentó. Y Cilic,
quien derrotó al astro en sets corridos en camino al título del Abierto de
Estados Unidos de 2014, no pudo cerrar la puerta.

Al
levantar tres puntos para partido en contra, el suizo eventualmente salió
avante con un dramático triunfo de 6-7 (4), 4-6, 6-3, 7-6 (9), 6-3 sobre Cilic
para alcanzar su undécima semifinal en el All England Club. Coronó su escape
con un par de servicios as de 126 y 115 millas por hora, el tercer
preclasificado levantó los brazos y meneó el dedo índice de la mano derecha.

No es
ya el número uno del mundo. No ha ganado un torneo de Grand Slam desde 2012. Ha
lidiado con lesiones de rodilla y espalda esta temporada, y por primera vez
desde 2000 llega a Wimbledon sin un solo título en el año. Se ausentó de Roland
Garros, el primer major que se pierde desde 1999, lo que generó dudas sobre su
forma de cara a Wimbledon.

«Para
poner a prueba el cuerpo, uno debe salir a pelear, estar en una batalla física
— y ganarla — es una sensación increíble», admitió Federer, quien podría
convertirse en el hombre de mayor edad en ganar un major desde Ken Rosewall,
quien lo consiguió con 37 años en el Abierto de Australia de 1972. «Sí,
fue un triunfo muy emotivo».

El
viernes, Federer se medirá al sexto favorito, Milos Raonic, quien derrotó 6-4,
7-5, 5-7, 6-4 a Sam Querrery, el verdugo del número uno del mundo, Novak
Djokovic, en la tercera ronda.

Del
otro lado del cuadro, Andy Murray, el número dos del mundo y campeón de 2013,
apenas evitó seguir el mismo destino que Cilic, al aferrarse a un triunfo por
7-6 (10), 6-1, 3-6, 4-6, 6-1 ante el duodécimo preclasificado, el francés
Jo-Wilfried Tsonga. La séptima semifinal de Murray en Wimbledon será ante el
décimo preclasificado, Tomas Berdych, quien eliminó a Lucas Pouille por 7-6
(4), 6-3, 6-2.

Será
difícil que alguno de los partidos restantes iguale la intensidad del duelo
entre Federer y Cilic.

Ambos
dominaron con su servicio por momentos. Federer ganó la batalla de ases 27-23 y
solo sufrió un quiebre, y en los últimos dos sets cambió su postura en la devolución
para leer mejor los potentes saques del noveno preclasificado.

Hubo
mucho juego de golpes rápidos, pero también puntos largos y dramáticos. Hubo
raras muestras de frustración de Federer, quien molesto golpeó una pelota luego
de cometer una falta, y luego reclamó la decisión de un juez de línea.

Sin
embargo, lo más memorable fueron las oportunidades desperdiciadas de Cilic,
empezando por ese 3-3 en el tercer set.




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