Pasajeros recorren varias empresas de transporte en busca de disponibilidad. (Foto Clemente Espinoza)

Dayrí Blanco

No es temporada alta, pero a Carmen Meléndez se le vio cargando un par de maletas, recorriendo las calles cercanas al terminal Big Low Center. Se paseó junto a su hijo por cuatro empresas privadas de transporte. Con cada paso que daban el peso de sus equipajes parecía aumentar, así como lo hacía el calor que matizaba la incomodidad típica dos pasajeros sin boletos. La escasez de repuestos ha disminuido en 50% la frecuencia de las rutas interurbanas. Las unidades están accidentadas. O lo que es igual: paralizadas.

Ella no tenía entre sus planes hacer un viaje largo. Recorrería solo 172 kilómetros de Valencia a Caracas. Pero se trata de una ruta con poca oferta. La mayoría de las compañías que la tenían entre su lista de destinos la han eliminado. Prefieren cumplir con traslados más largos que tienen mayor demanda y generan más ganancias.

Larissa Ortega es supervisora en una de estas empresas. Desde su puesto de trabajo detalló que de ocho salidas diarias a la capital del país, ya no hacen ninguna. Desde la sede principal de la compañía, en San Antonio de los Altos, solo le han dicho que han tenido que reducir viajes porque hay muchos autobuses parados por falta de cauchos, baterías y otras reparaciones mayores que no se han podido hacer. Es una situación que comenzó hace ocho meses.

Todo indica que el sector está en crisis. Carmen Meléndez recibió la misma repuesta en cada oficina a la que entró. “Para Caracas no tenemos salida”. Tuvo que conformarse con viajar en una unidad sin las comodidades que un servicio ejecutivo puede ofrecerle. “Esto es increíble. A mí me habían dicho que para Maracay, por ser un recorrido corto, lo habían eliminado. Es que ahora ni siquiera podemos ejercer nuestro derecho a viajar y a elegir cómo hacerlos”, expresó con la indignación acentuando cada palabra.

Boletos se venden si hay unidades

Antes era común planificar un viaje por carretera. Dos semanas antes de abordar la unidad se podía comprar el boleto y garantizar así el asiento. Pero eso ya no es posible. Desde agosto las líneas no programan sus salidas. Venden únicamente de acuerdo a las condiciones de sus autobuses, previa revisión de los mecánicos.

Gerardo Zambrano, gerente de una empresa de transporte ejecutivo, dijo que han tenido que implementar la figura de carro de guardia, para suplir las fallas de los que estén cubriendo rutas. Han tenido casos de vehículos que se quedan accidentados a mitad de camino porque de repente el motor se dañó. Entonces los pasajeros deben esperar que llegue el que está de guardia para hacer el trasbordo y terminar el viaje.

En esa compañía, antes de la contingencia presentada por la escasez de repuestos, se estaba desarrollando la idea de ofrecer la venta de pasajes por Internet. Es un proyecto que ha quedado engavetado. Por los momentos, solo están cubriendo sus rutas acostumbradas en una única salida al día, al eliminar la segunda. De esta manera se redujeron a la mitad los viajes.




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