Tal vez, quienes en estos días de asueto por la Semana Santa, hayan visitado el Museo de las Esculturas al Aire Libre, se han encontrado con la sorpresa de que ya no está el emblemático Sol, de Pedro Barreto, que identifica el espacio recreativo.
Pero la obra no se la ha robado nadie ni se encuentra perdida. Está en la casa natal de José Rafael Pocaterra, ubicada en la intersección de las calles Anzoátegui con Colombia, en custodia de la Fundación para la Cultura de Valencia.
El presidente de la fundación Edgar Núñez, informó que la pieza, de unos 350 kilos, se cayó luego de que cedieran los pernos que la sostenía a su base, producto del paso del tiempo. Por ende sufrió algunos daños.
De acuerdo a lo indicado por Núñez la restauración de la obra le será encargada al especialista Hernán Moreno, quien le devolverá su originalidad para ser reinstalada en la plaza antes que finalice el primer semestre del año en curso.
“Sol”, forma parte de una serie de esculturas similares de Barreto, realizadas en diversos materiales como la madera y, en este caso el metal. Se trata de una pieza lograda a través de la repetición de formas rectangulares, dispuestas en forma circular y con doble cara, que se encuentran segmentadas en ángulos y unidas entre sí.
El espacio vacío, el interior, se conecta con el exterior a través de estas formas angulares, generando una especie de movimiento potencial, al encontrarse la escultura sostenida apenas en dos de sus formas rectangulares.
Edgar Núñez precisó que una vez culminado el proceso de restauración de la obra de Barreto, será reinstalada de inmediato junto a otras piezas rehabilitadas bajo la supervisión de su despacho.
Citó el caso de “Amarillo No. 5” de Rafael Pérez, recientemente recuperada de manera integral. Esta escultura se debió retirar de la plaza, debido a que a finales del año pasado fue victima del vandalismo de personas inadaptadas. Sin embargo el propio Hernán Moreno la restauró y está lista para devolverla a su sitio de origen.
De esta manera la llamada Plaza de las Esculturas de El Viñedo va recobrando su armonía entre arte y ecosistema, gracias a un plan permanente de la alcaldía que incluye el mantenimiento permanente del Instituto Municipal del Ambiente (IMA) en los espacios, la custodia de la Policía Municipal y la acción oportuna de Fundacultura en la preservación de las piezas escultóricas.