La empresa prometió que si se confirman los hechos, asumirá la responsabilidad. (Foto Archivo)

AFP

Una de las cadenas de comida rápida más grandes de Estados Unidos, Chick-fil-A, que mueve en ventas más de 5.000 millones de dólares por año, investiga la posible piratería de los datos de las tarjetas de sus clientes, un problema que ya han enfrentado varias compañías del país.

«Chick-fil-A recibió recientemente informes de una actividad potencialmente inusual que involucra tarjetas de pago utilizadas en algunos de nuestros restaurantes», dijo la compañía en una declaración el miércoles.

La empresa prometió que, si se confirman los hechos, asumirá la responsabilidad financiera por los cargos fraudulentos en las cuentas de los clientes afectados y les brindará de manera gratuita servicios para la protección de la identidad, incluido el monitoreo de las cuentas de crédito.

Instituciones financieras de Estados Unidos han expresado alarma por el robo de datos que afecta a un número cada vez mayor de empresas minoristas. Algunas de las compañías que ya se vieron afectadas fueron Target, Home Depot, Michaels Stores, Neiman Marcus, AOL, eBay y Staples. 

«El Congreso debe hacer que la aprobación de un estándar de seguridad de datos para los minoristas sea una alta prioridad cuando vuelva (a sesionar) la próxima semana», dijo en un comunicado Dan Berger, director general de la Asociación Nacional de Cooperativas Federales de Crédito.




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