Dayrí Blanco| @DayriBlanco07

Rosa Méndez y José Luis García no se conocen. Pero los dos tuvieron necesidades coincidentes la mañana del jueves. A él se le vio caminando junto a su esposa e hija de dos años de un lado a otro en el Viaducto La Cabrera. Ya tenían más de una hora en el túnel dentro de su vehículo. La niña estaba incómoda, no paraba de llorar. Rosa la vio y pudo imaginar cómo se sentía mientras descansaba recostada a una gandola cargada con insumos para la industria agroalimentaria que no pudieron ser entregados a tiempo. Ella había subido por un terreno irregular desde la Carretera Nacional en Mariara, donde la dejó el conductor de la unidad que abordó desde Valencia con destino a Villa de Cura. Ninguno de ellos estaba en el lugar para ser parte de una actividad política. Pero sintieron de cerca las acciones del Gobierno para evitar la movilización.

Opositores manifestaron contra trato preferencial a oficialistas. (Foto Saúl Zerpa)  

La orden fue dada: la Autopista Regional del Centro (ARC) debía convertirse en un camino largo lleno de obstáculos, y así fue. Los uniformados de diferentes cuerpos de seguridad se encargaron de seguir la norma en una medida que no solo impidió que alrededor de dos mil personas lograran llegar a la manifestación organizada por la oposición en Caracas. También afectó a quienes tenían otras actividades que realizar.

Un grupo de jóvenes caminaron desde Los Guayos. (Foto Saúl Zerpa)

La primera alcabala fue instalada en el Peaje de Guacara. Ahí, en medio de las exigencias de documentos a cada persona que abordaba las unidades con destino a la capital, se dio una confrontación a las 3:30 a.m. que incluyó de parte de funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), la detonación de gases lacrimógenos y disparos de perdigones que hirieron en la mano izquierda al dirigente juvenil de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en la región, Juan Garrido.

Un contingente antimotín reprimió a manifestantes en Peaje de Guacara. (Foto Saúl Zerpa)

Eso no fue todo. Una hora más tarde, alrededor de 20 autobuses con opositores estaban retenidos en el lugar mientras varias unidades Transcarabobo recibían señales claras para que pasaran sin pasar por el filtro de los uniformados. Eso causó que quienes se disponían a protestar contra el presidente Nicolás Maduro trancaran todos los canales de vía para evitar que los oficialistas sí cumplieran su objetivo. Hubo momentos de tensión hasta que a las 5:35 a.m. se acordó devolver los autobuses del Gobierno y liberar el tránsito hacia Caracas.

A 121 kilómetros

Pero los obstáculos no se detuvieron. Ya en el municipio Diego Ibarra solo faltaban 121 kilómetros para llegar a Caracas, y la espera se prolongó hasta por tres horas. Solo quienes llegaron al inicio del Viaducto La Cabrera antes de las 8:00 a.m. pudieron pasar. Ahí se instaló un piquete improvisado de la PNB. También hubo ataques con gases lacrimógenos y perdigones. Esta vez sin heridos. Y justo al culminar el puente un cordón de seguridad impedía el paso al túnel que, por los trabajos de acondicionamiento que realiza la gobernación de Aragua en sentido Valencia-Maracay, solo estaba habilitado en doble vía el otro sentido.

Los diputados Marcos Bozo y Juan Miguel Matheus intentaron mediar y no fueron recibidos por quienes comandaban el operativo. Se impuso la mayoría. A las 7:15 a.m. con empujones y la ayuda de los conductores de las unidades, quienes encendieron motores y comenzaron a avanzar, se logró romper la fila de PNB, GNB y Policía de Carabobo. Pasaron los primeros autobuses para enfrentarse a otras trabas en la vía. Se acordó abrir el paso cada 15 minutos por un cuarto de hora. El pacto se cumplió hasta las 9:00 a.m. cuando un funcionario de la PNB recibió estrictas órdenes a través de su radio transmisor “no vuelvan abrir, dejen a esa gente ahí”, se escuchó.

Los opositores solo pedían que les permitieran llegar a Caracas. (Foto Saúl Zerpa)

Mientras tanto, en la parte de abajo del puente, por la Carretera Nacional, unidades cargadas de oficialistas transitaban bajo el resguardo de funcionarios de la GNB. Algunos autobuses con opositores intentaron pasar por esa vía pero no tuvieron suerte. Los retuvieron. 

En el Viaducto La Cabrera la retención fue por más de tres horas. (Foto Saúl Zerpa)

No fue sino hasta las 11:35 a.m. cuando se anunció que se restituiría el tránsito por 20 minutos. Los opositores no aceptaron. “No tiene sentido, no llegaremos a la marcha”, dijo Armando Amengual, secretario de organización de Primero Justicia en Carabobo. Así que simplemente comenzó el proceso de retorno. Solo 120 de 200 unidades contratadas pudieron pasar de La Cabrera.

De todo el país

A las 9:00 a.m. del miércoles salieron 30 autobuses del estado Zulia. 24 horas después pudieron pasar por el Túnel que conecta Carabobo y Aragua. Víctor Guédez fue uno de las más 850 personas que hicieron el viaje en el que tuvieron que atravesar más de 15 alcabalas improvisadas. La más larga fue la de Yaracuy, en la que estuvieron retenidos por cinco horas. “Lo hago por la libertad de Venezuela, por el cambio que el país necesita”.

Maritza Hernández estaba cansada. Ella emprendió con su esposo y vecinos el camino desde Barquisimeto a las 10:00 p.m. del 31 de agosto. Siete veces pasó se bajaron del autobús, entregaron sus documentos, les revisaron sus pertenencias y los retrasaron.

Los manifestantes descendieron de las unidades para exigir que se abriera el paso. (Foto Saúl Zerpa)

Juan Benavista salió con un grupo de jóvenes desde Barinas el lunes 29. Recorrieron 385 kilómetros caminando y en cola que le daban quienes transitaban por las vías. Ellos son parte del grupo de dos mil que no pudieron pasar de La Cabrera. “Pero tenemos muchos motivos para salir a la calle, la mayoría está perdiendo la esperanza porque no cuenta con Gobierno que le brinde un empleo digno para salir adelante”.

El autobús contrato por los partidos políticos para que trasladara a habitantes de Los Guayos a la “Toma de Caracas” nunca llegó. “Su conductor fue parte de los que recibieron amenazas de ser excluidos de los cuestionados beneficios de la Proveeduría del Transporte”, indicó Néstor Olleros de PJ. Pero quienes tenían previsto abordar esa unidad no se quedaron de brazos cruzados y las 4:00 a.m. decidieron caminar por la ARC hasta llegar a un punto donde alguien se ofreciera llevarlos a la capital. No pudieron. Unos kilómetros antes del Peaje de Guacara fueron atracados y golpeados por seis hombres armado.

Asfalto: excusa o retraso

Agua fría, café y cigarros. Los vendedores hacían su trabajo paseando entre la fila de carros que superaba los tres kilómetros de largo. No eran muchos los clientes ansiosos. La gente estaba fuera de los carros, sentada en los resaltos de la vía, y con gestos de desesperanza. Llevaban una hora sin que un solo vehículo se moviera en la Autopista Regional del Centro, en el tramo Aragua, justo antes de entrar al túnel de La Cabrera con sentido hacia Valencia.

Niños jugaban en la cuneta central. No era un ambiente típico de una vía donde se desarrollan altas velocidades como la ARC. Pero lo impedía un plan de asfaltado ejecutado por la gobernación de Aragua: dos mil toneladas de material, siete camiones y cuatro máquinas estaban dentro del túnel impidiendo el paso.

La molestia era evidente. Pero la gente lo tenía claro: el plan de asfaltado tenía un objetivo político: trancar la movilización hacia Caracas. “La cosa está full de gente del otro lado”, decía una mujer, refiriéndose al lado carabobeño de La Cabrera. Del lado de Maracay, con total parsimonia, hasta se leía periódico esperando la reparación de la vía.

Con información de Luis Borrero. 




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