Sara Pacheco
Desde el 4 de agosto, los habitantes en el límite de Samán Mocho y El Roble no tienen comunicación. Anteriormente un puente servía de frontera entre estas dos comunidades. Tras una noche de fuerte lluvia se desplomó. Hasta el momento autoridades no se han abocado al problema, que involucra en gran escala el tema de la inseguridad.
Foto: Sául Zerpa
Los habitantes viven en un toque de queda a partir de las 4:00 o 5:00 de la tarde. El área es aprovechada por personas que se esconden entre la maleza y abordan a los peatones. Igualmente, vecinos denunciaron que uniformados de cuerpos policiales han amenazado a varios transeúntes, pues cuidan las fincas cercanas. “Para ellos todos son sospechosos“, infirió una señora quien pidió el anonimato.
El sábado, alrededor de las 9:30 de la noche. Un vehículo marca Chevrolet, modelo Spark, color azul oscuro, se detuvo en lo que queda de puente. De acuerdo a varios testigos, descendieron varios hombres, quienes dejaron un cadáver a un lado de la vía. Intentaron quemar los restos.
Foto: Sául Zerpa
Inmediatamente algunos se acercaron por las llamas en el lugar. Llamaron a las autoridades, pero no aparecieron sino hasta la mañana siguiente. El cuerpo era de un hombre sin identificación, al parecer no era de la zona, pero tenía signos de tortura. Estaba amarrado de manos y pies. Vestía una franela y un pantalón corto, no traía zapatos. El hombre tenía dos disparos en la frente.
Los residentes señalaron que están a merced de la inseguridad, aunado a que se sienten desprotegidos por las autoridades municipales. Todo esto gracias a la caída del puente.