Sara Pacheco

Las tortas son casi un hecho. En más de una comunidad al sur de la ciudad, los vecinos reciben a los visitantes que preguntan por los huecos del sector con una invitación a cantar el cumpleaños. Muchos rozan o ya alcanzan el año sin alguna visita de autoridades de instituciones públicas para corregir la falla. Los únicos que se acercan son representantes de la prensa. 

De acuerdo a una nota de prensa, la Alcaldía de Valencia tapó en dos años de gestión 15 mil 800 huecos en la ciudad, de un total de 50 mil contabilizados en el inicio de la administración. Lo alarmante del caso es la vigencia de algunos. En varios sectores se han transformado en un miembro más de la sociedad. 

En diciembre prometieron a Tania Lima y residentes del barrio Las Flores, que el niño Jesús llegaría y los huecos desaparecerían. Que la Navidad podrían disfrutarla en la calle, sin ningún tipo de peligro. Este es el segundo año de la promesa incumplida, los niños no pueden correr por las calles con tranquilidad, pues es un peligro ante los ojos de los padres, que algún infante caiga dentro. 

En el barrio La Concordia la promesa se ha extendido por más de ocho años. Este hueco en particular es el que más visitas ha recibido, tanto de políticos -en campaña y fuera de ella- como de reporteros. Carlos Zapata es ya un joven adulto, pero recuerda crecer en el sector junto a la alcantarilla que buscó obligada, ser otra cosa. 

En la parroquia San José sucede lo mismo. Estos huecos, aquí el parto fue múltiple, cumplirán en el primer bimestre de 2016 el año, sin embargo los habitantes, auguran que llegue a su aniversario, pues desde el mes de febrero no se han visto cuadrillas trabajando en el sector. 

En el barrio La Trinidad, uno hace las veces de redoma. En la avenida Circunvalación con calle Los ángeles, los habitantes optaron, como en otros sitios, señalizarlos, para evitar accidentes. En este caso mientras más tiempo transcurre, más perenne se hace. El límite no son los barrios o urbanizaciones, en las estaciones de servicio La Guacamaya o El Prado, es una verdadera odisea desplazarse. 

Las denuncias en cualquiera de los casos se han realizado, tanto personalmente como por teléfono, pero esto no significa que se preste mayor atención. En algunos sectores, la insistencia ha traído sus frutos, como es el caso de la avenida Lisandro Alvarado. La cual era un trabajo en conjunto con Hidrocentro y la municipalidad. Tras varios cierres de calle se logró el objetivo. Hay muchos sectores que necesitan tal atención. 




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