Zaida. D. Arias Molina

Un grupo de familiares de presos políticos
solicitó a la Conferencia Episcopal Venezolana abogar ante el Gobierno nacional
por la situación
difícil que atraviesan los más de 120 detenidos en las cárceles del país por
“pensar distinto”. La iglesia se comprometió a ayudarles.

El encuentro se llevó a cabo en la Casa “Monseñor Ibarra”, en la
urbanización Montalbán, sede de la organización eclesial. Asistieron los
monseñores José Luis Azuaje, Roberto Lückert, Ulises Gutiérrez y el padre Saúl
Ron. Entre los parientes de los privados de libertad destacaron Jorge
Fernández, papá de Vilca Fernández; María Lucía García, hermana del periodista
Leocenis García; ackeline Sandoval, esposa de Rolando Guevara; Ana María Da
Costa, hermana de Vasco Da costa, quien se encuentra en condiciones
infrahumanas en Tocuyito, y Henrique D’Alta, padre de Leopoldo D’Alta.

Los visitantes entregaron a los representantes de la Iglesia Católica un
documento para que establezcan una mesa de diálogo con el Gobierno, y se logre la
conformación de una Comisión de la Verdad, a fin de lograr la libertad plena de
sus parientes.

Jorge Fernández, padre de Vilca Fernández, detenido el 31 de enero de 2016
en Mérida por funcionarios del Sebin, expuso que para los presos políticos es
difícil la situación porque no hay confianza en las autoridades del Gobierno.

“Los familiares nos sentamos ante
ustedes con la necesidad de exponer cada uno de los casos, ya que no queremos que
las condiciones en las que viven nuestros presos sean más drásticas e inhumanas.
Hay una situación muy compleja, más aún por la condición de salud que varios
están viviendo en reclusión”, sostuvo Fernández.

María Lucía García, hermana del editor y periodista Leocenis García,
preso en el Sebin, también solicitó la liberación cuanto antes de los denominados
presos de conciencia. ”No podemos
permitir que cada día que pase exista un nuevo preso político, no podemos tener
a más personas tras las rejas por pensar distinto”.
El país está
atravesando por una coyuntura muy difícil por lo cual hay que buscarles una
solución a todos aquellos que hoy se encuentran tras las rejas y que “no pueden
ser considerados como un trofeo para nadie”.

Las autoridades episcopales manifestaron la voluntad de apoyar en el
diálogo y ser mediadores. El cardenal Baltazar
Porras
, que no pudo estar en la reunión, manifestó posteriormente su absoluto apoyo a los familiares y lamentó
mucho esta situación a la que en su opinión “se le debe buscar una pronta
solución”.

 

 




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