El acoso podría ser penado con multas de hasta 780 dólares o arresto. (Foto Archivo)

AFP

Palabras o acciones callejeras de tenor sexual que agredan, humillen, perturben u ofendan la dignidad de las mujeres deben ser penalizadas, según tres proyectos legislativos impulsados en Argentina.

Una de las iniciativas está presentada en el Congreso nacional y las otras dos en la Legislatura de Buenos Aires (parlamento comunal), para castigar el acoso con multas de 100 a 7.000 pesos (de 11 a 780 dólares) e incluso arresto.

Organizaciones de defensa de los derechos de la mujer destacaron la importancia de la reciente decisión del Congreso de Perú de aprobar una ley que sanciona con hasta 12 años de cárcel el acoso callejero.

En Argentina, los proyectos se reactivaron luego de una denuncia de una estudiante universitaria de 20 años, Aixa Rizzo, quien subió su caso a la red social Facebook, que se viralizó con dimensión nacional.

«Me da mucho miedo porque conocen los movimientos de mi casa», dijo la joven en su video, titulado «Del piropo a la violación».

Rizzo dijo haber sido acosada por un grupo de operarios de una empresa de distribución de energía que le gritan groserías. Dos veces tuvieron que protegerla con custodia policial.

«Los números del acoso demuestran que la población más vulnerable son las niñas y adolescentes menores de 15 años», dijo Verónica Lemi, directora de Acción Respeto, en su cuenta de Facebook.

Lemi estuvo al frente de una campaña en todo el país con afiches bajo el lema «Si te incomoda leerlo, imagínate escucharlo», en la cual se reproducían frases que lejos están de ser piropos románticos y respetuosos.

Los carteles mostraron leyendas como «Mami, si te agarro te hago otro hijo», «Vení morocha que te violamos» o «Rubia te hago de todo», y tantas otras de peor talante que las mujeres suelen escuchar en la vía pública.

En el Congreso, radicó el texto la diputada Victoria Donda (Libres del Sur, centroizquierda), hija de padres desaparecidos en la dictadura (1976-1983) y nieta recuperada de sus apropiadores.

Uno de los emprendimientos comunales fue elevado por la diputada Gabriela Alegre (Frente para la Victoria, peronismo de centroizquierda), partidaria de la presidenta Cristina Kirchner.

La otra iniciativa la presentó Pablo Ferreyra, del bloque Seamos Libres (centroizquierda, aliado kirchnerista). El impulsor es hermano del activista de izquierda Mariano Ferreyra, asesinado por un grupo de choque sindical en 2010.

Su texto extiende el acto de acoso a «miradas lascivas, silbidos, jadeos, besos» o haciendo sonar el claxon de los vehículos.




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