La acostumbrada reunión semanal se trasladó a la sede de El Carabobeño. (Foto ´Ángel Chacón)

Dayrí Blanco

La libertad de expresión es un producto de primera necesidad. De ella se derivan el resto de las libertades y la democracia. Por eso la crisis de inventario de papel que enfrenta El Carabobeño es grave, no solo para sus trabajadores, sino para la sociedad en general. Se trata de un hecho económico que se fundió con la política, y que fue debatido en el directorio de la Cámara de Industriales del estado.

La acostumbrada reunión de la junta directiva del ente gremial fue trasladada a la sede del diario. El presidente de la organización, Andrés Pérez, dejó claro que están abiertos a ser factor vinculante para la solución del problema del suministro de la materia prima. Expresó su solidaridad y detalló que es primordial que el Gobierno nacional reconozca la deuda que mantiene el sector industrial con sus proveedores internacionales. “Si es tasa Simadi las empresas no podrían asumirlo”.

Daniel Alemán, miembro de la directiva de El Carabobeño coincidió. “Estamos de manos atadas”, refirió al relatar que desde el Complejo Editorial Alberto Maneiro (CEAM) simplemente les han dicho que no hay papel para el rotativo. A eso se le suma la suspensión de los créditos con las importadoras por la deuda que se mantiene. Y la opción de comprar a otras empresas está descartada si se maneja a tasa Simadi o paralelo porque eso se trasladaría al costo final del producto que rondaría entre 60 y 120 bolívares. “Sería insostenible”.

Tulio Hidalgo, director de la Cámara, dijo que esta crisis fue advertida hace 16 años por el sector industrial. “Muchos no nos creyeron, y aquí estamos”. Invitó a los trabajadores del diario a levantar la bandera de lucha y de dignidad.

Durante el directorio, el consultor jurídico de la Cámara de Industriales, José Dionisio Morales, leyó la declaración en solidaridad con el diario en la que se expuso que al ser El Carabobeño una empresa que por ocho décadas ha cumplido su labor social de manera exitosa y ha sido cantera donde se han fomentado valores importantes para la sociedad, se le solicitó a los organismos oficiales de los que depende la dotación de papel periódico que se aboquen a atender el clamor de la sociedad y se impida el cierre de este medio de comunicación.

En el comunicado, los industriales expresaron que la CIEC desde hace tiempo viene alertando sobre la gravedad que lleva implícita el inoportuno suministro de los recursos básicos que requiere el aparato industrial para responder a las exigencias de la manufactura y producción de bienes y servicios esenciales que el país requiere.

El expresidente de la organización Carlos Sandoval fue enfático. “El Carabobeño es como el ave fénix, resucitará de sus cenizas”. Relató que la trayectoria del rotativo es la personalidad de don Eladio Alemán. “Esa honorabilidad, honestidad, esa rectitud permanente en todas sus acciones se ven reflejadas independientemente de cuáles hayan sido las circunstancias del país”.

Alemán insistió en aclarar que el rotativo no está en venta. “Eso no es posible”. Dijo también que aunque de forma directa no han recibido presiones para que se cambie la línea editorial, la suspensión de suministro de papel sin respuesta lo dice todo, muestra la intención clara del Gobierno de controlar. El tema político ha jugado un papel fundamental en medios que han cambiado de dueños y de línea editorial.

Pero este no es una crisis exclusiva de El Carabobeño. Otros diarios han reportado fallas con el suministro pero les hacen el despacho que les garantiza la circulación con una semana de inventario. Eso no está pasando con el Diario Del Centro, donde se han aplicado diferentes medidas para evitar el cese de funciones, como el recorte significativo de la circulación, el formato y la paginación, y se han sacrificado productos editoriales.

En el encuentro también estuvieron presentes la jefa de Redacción, Carolina González, y la junta directiva de la Cámara de Industriales en pleno.

La lucha no cesa

Entre diversas consignas a viva voz como “No son bobinas, es libertad, El Carabobeño necesita circular”, “Queremos papel”, trabajadores del Diario del Centro manifestaron pacíficamente a las afueras del Centro Comercial Omnicentro, para denunciar una vez más las diferentes trabas para la obtención de papel.

Pancartas, pitos y diversos lemas fueron suficientes para captar la atención de los conductores y transeúntes. Patricia Sanz, residente de Naguanagua, se solidarizó con el periódico y acompañó a los trabajadores. Calificó la acción por parte del Gobierno como terrible, debido a que el hecho de poder informarse no es un lujo, es un deber. “Es un derecho que todos tenemos”.

Luisa Quintero, periodista de este diario desde hace poco menos de un año, comentó que para ella El Carabobeño es una escuela. Rechazó las vicisitudes que han tenido que pasar los directivos del medio para la obtención de las bobinas desde hace más de 12 meses. (KR)




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