AFP
La exrehén de la guerrilla de las FARC Ingrid Betancourt dijo sentir "un alivio muy grande, como el final de una pesadilla" en Colombia y consideró que la firma del acuerdo de paz este lunes en Cartagena "es un momento extraordinario".
"Siento un alivio muy grande, como el final de una pesadilla. ¡Afortunadamente terminó!", dijo Betancourt por teléfono a la AFP cuando se disponía a mirar por internet la ceremonia de la firma de la paz, que pone fin a 52 años de conflicto con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas).
"No hay euforia", añadió no obstante, "puesto que hay mucho cansancio. ¡Ha sido largo! Pero también hay un sentimiento de que se cumplió con la labor, se hizo lo que había que hacer".
Betancourt ha "reflexionado mucho", pero finalmente renunció a acudir a Colombia a la ceremonia de firma del texto de 297 páginas, negociado durante casi cuatro años.
"Aún hay muchas emociones contradictorias (...), dolor", explicó la exrehén. "No quería contaminar la felicidad de los demás", añadió.
Ingrid Betancourt, de 54 años, era candidata del partido ecologista colombiano cuando fue secuestrada, en 2002.
Pasó seis años en poder de las FARC, hasta que fue liberada, junto a otros cuatro rehenes, en una operación del Ejército. Actualmente vive entre Oxford (Inglaterra), donde prepara un doctorado en teología; París y Estados Unidos, donde reside su hijo.
El complejo conflicto armado en Colombia dejó más de 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.
A lo largo de los años, implicó a varias guerrillas de extrema izquierda, como las FARC o el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista y aún activo), paramilitares de extrema derecha y el Ejército.