Se agota la mercancía. (Foto Carlos Andrés Pérez)
Dayrí Blanco || dblanco@el-carabobeño.com
La experiencia de Marcela Ocando fue agridulce. Ella entró a la tienda, vio las exhibiciones llenas de línea blanca y aparatos electrónicos diversos. Parecía un paraíso en medio de la escasez reinante en el país. No había precios visibles. Contactó a un vendedor y antes de que pudiera preguntar algo le enseñó un pequeño aviso con la palabra “agotado” impresa. El cartel se repetía en cada uno de los productos. Su rostro cambió bruscamente. Sus intenciones de compra se perdieron en la realidad.
Y es que dos semanas bastaron para que se agotara el inventario que se esperaba desde hace más de un año. La demanda no pudo ser cubierta. Los 243 contenedores de artículos Samsung que llegaron a los puertos del país a finales de noviembre no fueron suficientes.
Los clientes dormían en las afueras de la tienda en Los Guayos. Justo al borde de la Autopista Regional del Centro, sentido hacia Valencia. La mercancía fue adquirida a tasa Sicad I de 12 bolívares. Lo que permitía comprar en menos de 70% aproximadamente teléfonos celulares, cámaras fotográficas, tabletas, neveras, lavadoras, secadoras, televisores y accesorios. Lo único que se ofrece a quienes visiten el establecimiento son aires acondicionados de tres toneladas e impresoras. No queda más nada.