AFP

El cambio climático podría tener un impacto determinante en la muerte de ciertas especies de árboles maderables como cedro, laurel o nazareno, afirmaron científicos de Costa Rica y Alemania que realizan una investigación en ese país centroamericano.

«Buscamos validar una serie de teorías que indican que el cambio climático está causando la muerte de algunas especies de árboles o afectando su crecimiento», dijo a la AFP el ingeniero forestal Dagoberto Arias, del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), uno de los directores del proyecto.

Arias explicó que el estudio se concentra principalmente en zonas del Pacífico costarricense, ya que por ser la región más afectada por la sequía es donde mejor se puede medir el impacto del cambio climático en los bosques.

El científico precisó que se han tomado muestras de unas 40 especies de árboles, entre las cuales mencionó laurel, cedro, nazareno, cebo, cedro maría y cortés amarillo, y actualmente se trabaja en el procesamiento de información.

«De llegar a comprobarse algunas de las hipótesis planteadas, la investigación busca advertir a las autoridades nacionales sobre los esfuerzos que se deben hacer para la conservación de estas especies», apuntó Arias.

Control del clima 

La investigación, que se desarrolla mediante un convenio entre el TEC y la Universidad de Göttingen de Alemania, «es pionera» en su propósito de establecer con certeza cómo impacta la escasez de agua en los bosques tropicales, producto del cambio climático, señaló el investigador alemán Roman Link, integrante del equipo.

Para ello, se han identificado diferentes sitios de la vertiente del Pacífico costarricense y se han escogido parcelas experimentales, donde se lleva un control sistemático de las condiciones climáticas y la ecología de los árboles, precisó Link.

En esos sitios se toman muestras de las copas de árboles seleccionados y se efectúan mediciones con instrumentos «muy especializados» como sensores de flujo de sabia. Otras muestras son enviadas a un laboratorio especializado en Francia para otro tipo de pruebas.

Una de las hipótesis de la investigación es que los árboles de mayor tamaño (30-40 metros de altura) demandan una mayor cantidad de agua y, por tanto, tienen un mayor riesgo de fallo hidráulico, formuló Arias.

Esa hipótesis está respaldada por investigaciones internacionales. En bosques de Indonesia se ha registrado mortalidad de especies de árboles por situaciones de sequía más prolongadas de lo que esos árboles están acostumbrados a soportar, puntualizó.

Sin embargo, no existen estudios concretos sobre el impacto que la sequía podría provocar en las especies maderables de los bosques de Costa Rica, aunque ya se tienen algunas pistas a partir de simulaciones que el TEC ha realizado en ciertas áreas.

«De validar los resultados, el Estado debe tener presente que hay áreas boscosas que deben protegerse», apuntó.

De igual manera, será necesario hacer esfuerzos de conservación genética de las especies más vulnerables. «Esto significa identificar estos árboles, recolectar sus semillas y llevarlas a lugares donde se puedan preservar», explicó el científico.

 

Especies en peligro de extinción 

Según cifras oficiales, Costa Rica cuenta con una cobertura forestal ligeramente superior a la mitad de su territorio, de 51.000 km2, que incluye áreas protegidas por el Estado y plantaciones.

Esta riqueza forestal, que se ha conservado gracias a políticas estatales continuadas durante varias décadas, es uno de los factores que explican la rica biodiversidad con que cuenta este país pese a su escasa extensión territorial.

Según el inventario de este año, del estatal Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), Costa Rica cuenta con 2.040 especies de árboles, de las cuales 130 se encuentran bajo algún tipo de amenaza y 18 están en peligro de extinción.

La totalidad de las especies en peligro de extinción tienen su hábitat en la región del Pacífico, precisamente la más afectada por la sequía.

Un decreto ejecutivo de 1997 declaró una veda absoluta para tales especies, entre las cuales están la caoba, el cedro, el cristóbal, el bálsamo, el guayacán real y el cipresillo.




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