AFP 

En una era en que los principales clubes de fútbol
reclutan a jóvenes que no saben todavía atarse los cordones, el ascenso en la
Premier League del delantero del Leicester Jamie Vardy es una historia
excepcional.

Cinco años atrás, Vardy jugaba en el Stocksbridge Park
Steels, un equipo de aficionados de la séptima división inglesa, y trabajaba en
una fábrica de material médico.

Ahora, con 28 años, es internacional y sus 13 goles esta
temporada le sitúan en lo alto de la tabla de artilleros, desde donde otea a
estrellas como Sergio Agüero, Diego Costa y Wayne Rooney, y han hecho de su
modesto equipo el sorprendente líder de la Premier League.

«Es un ejemplo para cualquier futbolista joven con
aspiraciones», dijo a la AFP Steve Walsh, que fue capitán del Leicester,
el antiguo club de otro delantero ilustre, Gary Lineker, máximo goleador del
Mundial de 1986.

«Leicester está en racha, y todo gracias a Jamie
Vardy y sus récords», añadió Walsh sobre el equipo del centro de
Inglaterra entrenado por el veterano italiano Claudio Ranieri y en el que
milita también el atacante argentino Leonardo Ulloa.

Si Vardy vuelve a marcar el sábado, contra el Manchester
United, el atacante de Sheffield, en el antiguo norte industrial, establecerá
una nueva marca en la Premier League al convertir dianas en 11 partidos
consecutivos.

Ranieri recuerda la racha de 11 partidos consecutivos
marcando del argentino Gabriel Batistuta con la Fiorentina como el único
precedente de su experiencia personal.

«A todos los que me apoyaron y nunca dudaron de mí,
gracias, todavía tengo que pellizcarme para creerlo», dijo Vardy cuando
igualó a Ruud Van Nistelroy con 10 goles consecutivos (con la diferencia que el
holandés del Manchester United lo hizo a caballo de dos temporadas).

El club de su infancia, el Sheffield Wednesday, lo dejó ir
cuando tenía 15 años porque era demasiado pequeño, algo muy frecuente en el
fútbol hasta que los «bajitos» del Barcelona -Andrés Iniesta, Xavi,
Lionel Messi…- empezaron a darle tardes de gloria al club español.

Tras dejar el Wednesday, se alejó del fútbol, estudiando
ciencias del deporte en la universidad local hasta incorporarse al
Stocksbridge, donde fue progresando en las categorías inferiores.

«Siempre era el primero en llegar al entrenamiento y
el último en irse», recordó el presidente del Stocksbridge, Allen Bethel.
«Además, era la alegría de la fiesta», dijo sobre su buen humor.

También era capaz de tener mal carácter, y fue expulsado
cuatro veces en su última temporada con el Stocksbridge, disuadiendo al otro
club de Sheffield, el Sheffield United, de ficharlo.

Su participación en una pelea de noche resultó en una
condena judicial, la obligación de llevar un brazalete electrónico y de estar
en casa antes de las 18H30, por lo que se perdió la segunda parte de muchos
partidos para volver a tiempo.

Hace poco, tuvo que disculparse por insultar con un
término despectivo hacia los asiáticos («jap», de japonés) a un
cliente con el que compartía mesa en un casino.

– A su manera –

Su capacidad goleadora le llevó al Halifax Town de
Stocksbridge y de ahí al Fleetwood Town, de la tercera división inglesa, que lo
vendió al Leicester en 2012 por una cantidad récord para esas categorías: 1
millón de libras (1,5 millones de dólares y 1,4 de euros).

Desde entonces, los éxitos se suceden: 16 goles en la
temporada que vio al Leicester subir de segunda división a la Premier League, 5
en su primera temporada en la máxima división inglesa, los 12 actuales y su
primera convocatoria con la selección, en junio.

Las lesiones esta temporada de dos jugadores habituales de
la selección, Daniel Sturridge y Danny Welbeck, hacen que sus posibilidades de
estar en el Euro-2016 sean altas.

Vardy ha seguido el camino de jugadores históricos
ingleses como Stuart Pearce, Chris Waddle y Ian Wright en su ascenso desde
clubs amateurs a la selección inglesa, algo que demuestra que hay varias rutas
hasta la cima.

El jugador dice que no cambiaría nada. «Quizás, si me
hubiera formado en la cantera» de un gran club, «esto no hubiera
ocurrido nunca», dijo al diario Daily Telegraph.

«Es lo bueno del fútbol. Lo hice a mi manera y me
salió bien».




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