Más de dieciséis años de régimen anacrónico militar,
retrógrado por naturaleza y autoritario por sistema, han conducido al país más
hermoso y rico de la región al miserable estado de ruina económica, social y
política, que hoy el pueblo le incrimina a este gobierno, lacayo de la más
decrépita, ridícula y cruel tiranía caribeña: la escasez alimentaria, de
medicinas, empleo y sueldo dignos, vivienda, inseguridad personal y jurídica,
educación pública de baja calidad sin perspectivas de trabajo y desarrollo,
etc.

Y cada día la sociedad civil le recrimina más fuerte y menos
miedo al régimen totalitario, con vista a las próximas elecciones  parlamentarias, la política de dependencia
servil y absoluta de los poderes públicos y sus representantes de todas clases
y jerarquías, que obstruyen la justicia y la gobernabilidad democrática
alternativa.  

Al PSUV hay que reconocerle su satánica habilidad para
voltear las cosas más inverosímiles a favor de su maquiavélica política, sin
importarle la ilegitimidad de los medios con tal de conseguir sus malvados
fines: permanencia fraudulenta en el poder, corrupción administrativa, abuso de
autoridad, declarar al adversario inhábil o incapaz de ejercer cargos públicos,
o de ejercer derechos civiles o políticos. Así el gobierno vive inhabilitando
políticamente a los más sobresalientes líderes de la oposición democrática, sin
apercibirse de la abierta reacción del pueblo, este pueblo sufrido y
depauperado, que espera la Hora Undécima de las votaciones para cobrárselas
todas juntas: las inhabilitaciones, las torturas de estudiantes y periodistas,
de empresarios y sindicalistas, las colas a la intemperie, los maltratos y
vejaciones, el hambre y los trasnochos. ¡Venezuela se cansó!   

Y también es Inhabilitación impedir que una cosa exista,
ocurra o pueda realizarse. En este sentido podemos decir desgraciadamente que
el gobierno de los rojos rojitos tiene inhabilitada a Venezuela. ¡María Corina,
Leopoldo, Lilian,  Ledezma, Mitzy, Ceballos
y los miles de exiliados! El pueblo venezolano los tiene presentes, y los
quiere aquí trabajando por la grandeza de la Patria venezolana, inhabilitada
hoy para una vida cívica de calidad y en Paz. A nosotros nos toca
rehabilitarla.




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