Luis Alejandro Borrero | @LABC7

lborrero@el-carabobeno.com

La Universidad y la Iglesia se parecen. Los padres eran como los profesores universitarios: se designaban por concurso. Cuando el obispo Mariano Martí creó la parroquia Nuestra Señora de Begoña de Naguanagua, en el auto del 1 de agosto de 1783, automáticamente publicó un concurso en la Catedral de Caracas. Fue un edicto llamando a los sacerdotes que querían ser fundadores de una nueva parroquia. Fue Vicente Idelfonso Seijas, —por eso el nombre del colegio— quien ganó y se convirtió en el primer padre de Naguanagua y cuidador de la imagen y legado mariano de la vírgen de Begoña.

Monseñor Reinaldo Del Prette dio la cátedra de historia más de dos siglos después. Lo hizo el jueves en la sede del anfiteatro al aire libre entre las facultades de Educación y Ciencias Sociales. Estaba sonriente, típico en él. También la rectora de la Universidad de Carabobo, Jessy Divo; pues la imagen de La Begoña visitaba por primera vez la casa de Dios, la Libertad y la Cultura. Fue recibida por todas las autoridades universitarias, las bandas juveniles y desde luego con mucho júbilo. La Facultad de Ciencias Políticas declaró el 21 de julio como día de celebración.

La devoción a la patrona de Naguanagua se remonta a los principios mismos del cristianismo. Es una imagen antiquísima que data del siglo II, en la primera representación de María en la Catacumba de de Priscilla, en Roma. “Begoña” significa “estése el pie” en la lengua vascoganda y representa al cuadro evangélico de María a los pies de la cruz, según interpreta el presbítero Luis Manuel Díaz en un trabajo publicado en la página web de la Academia de la Historia de Carabobo.

Del Prette ofició una Santa Misa en la UC: una institución que —dijo a los presentes— le debe respeto y devoción a la Vírgen. Ninguna otra representación mariana ha visto crecer a una casa de estudios como La Begoña a la UC. “Otros ojos no han visto crecer esta comunidad, hoy municipio autónomo, que alberga a nuestra alma máter”.

La visita histórica de la vírgen representó una oportunidad muy grande para reconocer los pecados. Y arrepentirse. Buscar la conciliación interna y la fraternidad a través del diálogo en momentos tan difíciles. “En tiempos de dificultad, la meta es la unión, la paz y las alianzas para salir adelante, y este momento histórico universitario se debe aprovechar por todos, para que la paz reine entre nosotros”, dijo Jessy Divo.




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