Las condiciones del plantel preocupan a los representantes. (Foto Ángel Chacón)
Sara Pacheco
En condiciones precarias reciben clases los alumnos de la U.E.E Ricardo Urriera en el sector que lleva el mismo nombre, al sur de la ciudad. Un pequeño grupo de padres y representantes realizó una asamblea donde enumeraron las necesidades de la institución educativa que tiene una matrícula superior a los 700 estudiantes, divididos en dos turnos.
La infraestructura es un inconveniente. Vivian Cedeño tiene a sus dos hijas en el colegio. Una de ellas sufre de espina bífida, lo que se traduce en cuidados especiales. Considera que el área no está apta para ningún infante.”Tenemos un solo baño para niñas y uno para niños, el techo de algunos salones se está cayendo, los vidrios están rotos, solo por nombrar algunas cosas. Esto se ha denunciado a la Secretaria de Educación y no nos hacen caso”.
Desde hace seis años las condiciones han empeorado, son los mismos representantes quienes disponen los recursos para mejorar los salones. Han pintado, comprado e instalado aires acondicionados y ventiladores, limpiado baños y espacios afines, junto a los maestros, a pesar de ello la inseguridad es la principal preocupación.
El 1º de mayo fue el último robo. “Se metieron en la noche, se llevaron cinco ventiladores que conseguimos entre diez mil y doce mil bolívares”, calculó Cedeño. La vigilancia es nula al llegar la oscuridad. La respuesta que otorgan a los padres es “están de reposo”.
Durante las vacaciones escolares, delincuentes hurtaron todos los aires acondicionados junto a equipos del comedor. La inseguridad es constante. Al interrogarlos sobre el patrullaje en la zona, afirmaron contar con éste pero minutos después de realizadas las denuncias, los funcionarios desaparecen.
“Nosotros traemos los útiles y los perdemos. Aquí agarran las pinturas y las lanzan a las paredes, se han llevado bombonas de gas, han dañado hasta las neveras del comedor. La inseguridad es lo peor que sufrimos”, manifestó Desire Bolívar, otra madre afectada,
A la reunión fueron invitados funcionarios de la Policía de Carabobo, pero un grupo de profesores se negó a continuar con la prensa presente.
Falta de agua compromete educación
“Me niego a hacerlo”, vociferó Osmerly León, madre de un estudiante. Se refería a la nueva petición. “Nos dijeron que los representantes teníamos el deber de traer agua para bajarle la poceta a los niños, yo no estoy de acuerdo, levantamos un acta y se la dimos a la directora”. Las fallas en el suministro de agua han influido en el horario de clases. Los alumnos del turno de la mañana reciben instrucciones hasta las 10 de la mañana y en la tarde hasta las tres. Esto preocupa a los representantes. Aunado a esto, el calor y la falta de ventilación han desencadenado problemas en la piel. Vivian Cedeño aseguró que su hija sufre erupciones.
