Sara Pacheco
La oscuridad se ha hecho costumbre, tanto en el sur como en el norte de Valencia. La falla en soluciones energéticas, duran menos de lo que se esperó por su llegada. Como consecuencias se han determinado la proliferación delictiva y algunos accidentes leves de tránsito. Gobernación y alcaldía se han dedicado a inaugurar distintas torres de alumbrado por la ciudad. El ayuntamiento suma 136 torres. Hoy día solo funcionan ocho, que operan entre el 70 y 90%.
Sin embargo, este año se han recuperado 26 torres. El estado se debe a distintos factores, uno de los más alarmantes es la delincuencia. Desde 2013 se han robado 16 transformadores, entre 50 y 60 cajas de controles. Solo en El Trigal en 15 días hurtaron 14, enumeró Juan Carlos Contreras, director de servicios públicos de la Alcaldía de Valencia.
Las torres se componen de tres elementos básicos: balastro, ignitor y bombillo. Hoy día, se consiguen en Bs 140 mil, siete mil y 45 mil, respectivamente. Recuperar una torre completa equivale a un millón de bolívares.
De acuerdo a Contreras, en la gestión de Paco Cabrera, Eleval, se encargaba del mantenimiento. Precisó que Corpoelec no lo hace por falta de material y presupuesto. El artículo 52 de la Ley Orgánica del Sistema y Servicio Eléctrico establece que el órgano municipal no es responsable del mantenimiento, argumentó.
Otro factor influyente es la mala calidad de los equipos. En la comunidad Bicentenario se colocaron 600 bombillos que solo duraron dos meses funcionando. La colectividad lo clama. La iluminación influye en la seguridad.
