Presuntos miembros de bandas se reúnen en sectores de Las Palmitas. (Foto El Carabobeño)

Heberlizeth González C. || hgonzalez@el-carabobeno.com

Vivir en Las Palmitas, una comunidad de la parroquia Rafael Urdaneta de Valencia, se ha convertido en un calvario para la mayoría de sus habitantes. Dos bandas delictivas mantienen en jaque a los vecinos. Sus líderes son conocidos como “El Bebé” y “El Colombia”.

“El Bebé” es un muchachito, eso dicen por ahí, manifiesta Carmen (nombre ficticio). Parada en una esquina de su casa veía cómo trabajadores de la alcaldía reponían bombillos para iluminar la avenida principal y comentaba, entre dientes, sobre los diversos hechos delictivos que ejecutan las bandas.

Hace aproximadamente un mes Carmen estaba en su casa acostada con su nieto de 6 años. Escuchó ruidos extraños y la sorprendieron varios sujetos armados que entraron a robar. La apuntaron en la cabeza y comenzaron a registrar la vivienda en busca de cosas de valor. Se llevaron una computadora cara, recalca la mujer entrada en años.

A uno de los que entró a robar ya lo mataron, dice Carmen. Se refería a un asesinato que ocurrió la mañana del 18 de noviembre en la vereda 18 entre los sectores 27 y 28, cerca de donde vive. La noche anterior, a escasos metros, ultimaron a “Kiry”, así le decían porque era un morenito de ojos verdes. Muy simpático! Era el lugarteniente de “El Bebé”.

Después de esas dos muertes, algunos miembros de la banda se fueron a “enconchar” a otros sitios para resguardar su integridad, comentó la vecina. Pero son bastantes. Hay hasta mujeres. Son más de cinco. “Las muchachas son las que paran los taxis. Se los traen para acá (Las Palmitas) y aquí los roban”, asegura la mujer a quien le cuesta entender la integración de jovencitas a organizaciones delictivas.

Esto es zona roja. Antes mandaba la banda de “El Caraqueño”. Después la de “Jonny El Loco” que, al parecer ha sido uno de los más poderosos grupos hamponiles que lideró esa zona. No hay vecino que no lo recuerde. Pero ahora supuestamente es evangélico.

“El Bebé” es del sector 4, dijo Ramón (nombre falso), otro vecino que conoce bien la trayectoria de las bandas desde hace años. Tiene “gariteros”, hombres dispuestos en lugares estratégicos que informa sobre la presencia del enemigo o policial. También hay niños de 9 y 10 años armados.

En Las Palmitas nadie se identifica. Sienten temor si declaran a la prensa. Un vendedor de la zona solo comentó: aquí todos conocemos quiénes son los de las bandas pero nadie puede hablar. Después tengo que salir corriendo con mi familia. “Jonny El Loco” sí nos cuidaba.

Supuestos cobros de vacunas

La Gobernación de Carabobo inició trabajos de asfaltado en la avenida entrando por las conocidas torres. Al cabo de unos días los obreros fueron víctimas de una de las bandas, cuyo líder, presuntamente, les ordenó el desalojo de la zona.

Según vecinos, robaron a los trabajadores y les exigían un pago de “vacunas” (cuota que deben cancelar para no ser víctimas de los delincuentes). Así pasaron unas dos semanas hasta este martes que reiniciaron las labores acompañados de una comisión de la Policía de Carabobo, de la estación Los Bucares.

Carmen y Ramón, a pesar de ser vecinos no se conocen, pero coinciden en que los trabajos de asfaltado los paralizaron por supuestos cobros de “vacunas”. Los comerciantes, dueños de panaderías, charcuterías, licorerías, bodegas y demás, también son víctimas de los pagos obligados a cambio de “protección”.

Transporte público

Los transportistas no escapan de esta realidad. Aparentemente también son extorsionados por miembros de organizaciones delictivas que tienen el control de la zona.

De acuerdo a algunos lugareños, las unidades colectivas laboran hasta las 6:00 p.m. Es como si hubiesen decretado toque de queda. Después de esa hora se agudiza la inseguridad. “La ruta que cubre hacia Las Palmitas era la que tenía más camionetas. Trabajaban hasta las 11 de la noche pero ahora no. Llegan hasta Flor Amarillo” relató Miguel, impresionado por la situación inédita en la comunidad donde vive desde hace cinco años.

Por cada camioneta tenían que pagar a la banda de “El Colombia”, del sector 17, de 2 a 3 mil bolívares semanales, comenta un conductor que prefiere reservar su identidad. La extorsión comenzó hace un mes. Desde ese tiempo, 60 unidades colectivas se retiraron de la línea y las demás redujeron su hora de trabajo, confirmó el chofer.

Robo a CDI

Un “paciente” llegó alrededor de las 2:00 a.m al Centro Diagnóstico Integral (CDI) Las Palmitas, por un supuesto dolor en el pecho. Le abrieron la puerta y lo hicieron pasar para que lo atendieran.

Cuando abandonaba el centro asistencial sacó un arma de fuego y sometió al personal de guardia. Un médico aprovechó un descuido del presunto delincuente y lo despojó del armamento. Lo mantuvieron retenido hasta que llegó la policía, relató una doctora con un tono de voz que delata su nacionalidad.

Días antes, a finales de octubre, azotes hurtaron tres aires acondicionados, dijo temerosa. Por ser extranjeros tienen prohibido aportar información, más si se trata de la prensa. Lo cierto es que a menudo reciben amenazas de muerte.

Tras los hechos de violencia, ahora el CDI cierra sus puertas a las 10:00 p.m. “Te tienes que enfermar antes de esa hora”, aseveró una vecina.

Siete homicidios

Una ola de homicidios ataca Las Palmitas. Durante noviembre seis jóvenes fueron asesinados en diferentes hechos y sectores. El séptimo caso ocurrió este mes.

De acuerdo a una investigación detallada de casos publicados en El Carabobeño y fuentes policiales, las muertes ocurrieron de la siguiente manera: el 4 de noviembre mataron a José Félix Pineda Lara (20) en el sector 14; el 10 a Servando Capoano (18) en el 17. A Johan Manuel Jáuregui (34) lo ultimaron el 14 en el sector Los Libertadores; el 17 asesinaron a Jonathan Daniel Castillo Pinto entre el 27 y 28. Al día siguiente en el mismo sector balearon a Edinson Darwin Rangel Juárez (19), mientras que el 23 murió, a causa de heridas de bala, Orbi Patiño, en un hecho ocurrido entre los sectores 12 y 13. El 8 de diciembre mataron a Rosmel Antonio Verastegui Jiménez (22), mientras estaba en el porche de su casa en el sector 13.

Patrullajes

Los vecinos dicen que el patrullaje es poco, a pesar de que Las Palmitas está divida en varios cuadrantes correspondientes a la Policía de Carabobo y la Policía Municipal de Valencia.

Aunque escasas veces se ven, oficiales de la PM pertenecientes al cuadrante 45 monitorean la zona en cuatro unidades de la Brigada Motorizada y la patrulla 45.

La PC también patrulla la zona, cuando no está vigilando a los trabajadores de la gobernación que realizan labores de asfaltado.




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