Existe una escalada de tensión verbal entre ambos lados. (Foto EFE)

AFP

Las negociaciones de paz en el este de Ucrania parecían estancadas este viernes, tras una primera ronda de negociaciones en Minsk entre los rebeldes prorrusos y emisarios de Kiev que no permitió solucionar las diferencias de fondo.

El encuentro decisivo del grupo de contacto, formado por representantes de Kiev, Moscú, la OSCE y los rebeldes, estaba previsto para este viernes en la capital de Bielorrusia pero finalmente «no se producirá», anunció de madrugada el portavoz de la diplomacia bielorrusa Dimitri Mirontchik.

Interrogado sobre la fecha de un próximo encuentro, el portavoz señaló que esta «depende de los miembros de grupo», aunque Bielorrusia «sigue dispuesta a aportar un terreno para las negociaciones».

El único acuerdo tangible al que se llegó en la última reunión el miércoles fue sobre el intercambio de prisioneros, el mayor desde el inicio de las hostilidades en abril: 225 separatistas contra 150 ucranianos.

Pero los insurgentes reclaman principalmente la reactivación de la financiación de las zonas bajo su control, que fue cortada por Kiev a mediados de noviembre, y un estatus especial que dé mayor autonomía a las regiones de Donetsk y Lugansk.

Este estatuto estaba previsto en los acuerdos firmados en Minsk en septiembre, pero según Kiev y Occidente, los rebeldes lo boicotearon al organizar unas elecciones a principios de noviembre denunciadas por el gobierno central ucraniano y por la comunidad internacional.

Los negociadores separatistas calificaron de «difíciles» las conversaciones del miércoles y pusieron en duda su reanudación este viernes, tal y como había anunciado previamente el presidente ucraniano, Petro Poroshenko.

Escalada verbal

Muestra del nerviosismo reinante son las mutuas acusaciones entre Kiev y los rebeldes de boicotear el proceso de paz. El presidente de la autoproclamada República de Donetsk, Alexander Zajarshenko, afirmó el jueves que Ucrania pretende «hacer fracasar las negociaciones de paz» al preparar «una gran ofensiva» sobre las zonas controladas por los separatistas.

Según explicó a la AFP una fuente gubernamental ucraniana, las discusiones para preparar la reunión del viernes, que finalmente no fructificaron, habrían durado hasta bien entrada la madrugada.

Los rebeldes aseguran que la pelota está en el tejado de Kiev: «El jueves nos pusimos de acuerdo sobre una declaración para el encuentro en Minsk y enviamos propuestas a la OSCE (la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa). Pero no ha habido ninguna reacción a nuestro proyecto», aseguró Denis Puchilin, el emisario de Donetsk a la agencia oficial separatista.

En la misma línea, el emisario de Lugansk, Vladislav Deinego, acusaba a Kiev de no responder a sus iniciativas.

Los insurgentes estuvieron representados el miércoles «por incompetentes que no toman decisiones y no están al tanto de los acuerdos precedentes», aseguró el jueves una persona próxima a la negociación citada por la agencia Interfax-Ukraine, generalmente bien informada sobre la postura del negociador ucraniano.

Contactada por la AFP, la embajada rusa en Kiev, cuyo embajador representa a Rusia en las discusiones, dijo «no tener ninguna información sobre la próxima reunión para avanzar en el proceso de paz para acabar con un conflicto que ya ha dejado más de 4.700 muertos.




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