Carlos Luna, director de la Escuela de Estudios Políticos de la UCV. (Foto Nubia Reina)

Dhameliz Díaz || ddiaz@el-carabobeno.com

“En Venezuela se ha decretado un Estado de Excepción fáctico”. Sin medias tintas. Se minimiza el impacto de la afirmación del director de la Escuela de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela Carlos Luna, en este momento, conseguir papel higiénico es prioridad. En serio, para otros debe ser la leche, los pañales, el café, los cauchos… Así que comprender la magnitud de los acontecimientos políticos en pleno desarrollo, no es relevante.

“Es tremendamente preocupante la Ley Habilitante antiimperialista otorgada al presidente Nicolás Maduro. Nunca antes se le había conferido poderes extraordinarios a un presidente para legislar sobre derechos individuales, colectivos, garantías constitucionales en general y asuntos penales”. Nunca.

El candidato a doctor en ciencias políticas precisa los elementos, hurga en la Gaceta Oficial Extraordinaria 60.178 [marzo 2015] “No quiero tirar flechas”. Insiste en su afirmación. “Aunque pudiera ser muy temerario, de mi parte la aplicación de esta ley habilitante, en la práctica, se trata de un Estado de Excepción”. Pausa que advierte. Empuña el documento, lee y analiza. “Establece una división entre habitantes, los que no comparten la ideología socialista y los ciudadanos con plenos derechos y deberes, todos aquellos que participan en las instituciones del Estado socialista y en la Constitución que es el Plan de la Patria”.

Hijo de sindicalista, confiesa que se ha empeñado en hablar de “esto” a riesgo de cualquier cosa. Mira la realidad desde los planteamientos teóricos y la academia, imbricada con la experiencia del activista social que ha caminado barrios. “Si triangulamos las competencias otorgadas al mandatario nacional, con la identificación de enemigo interno a todo aquel que no participa en las actividades del Estado socialista, es sumamente peligroso. Conlleva a la restricción aún mayor de la disidencia y de las libertades de los que no están de acuerdo con un Estado socialista y quieren cambiar de régimen. Se estaría transitando hacia un régimen totalitario, aunque sea una democracia de origen, legitimada por un proceso electoral”.

– ¿Se justificaba un Estado de Excepción o la aprobación de una Habilitante antiimperialista?

– Si realmente existiera una amenaza tipificada, interna o externamente, contra la estabilidad de la Nación, pero las que se esgrimen son etéreas, no están caracterizadas. La Habilitante permite modificar leyes y legislar sobre la libertad, la igualdad, la justicia y la paz internacional, la independencia, la soberanía nacional… Se le confiere al Presidente de la República plenos poderes absolutos, para ser el intérprete de esos valores intangibles, determina en su pensamiento, cómo operan y se concretan. Por ejemplo, si yo como académico soy contrario a lo que el régimen considera debiera ser mi actitud, pudiera ser una amenaza a la seguridad nacional, a la independencia, a la libertad e ir preso por esta entrevista. Fácticamente hay un cercenamiento de la libertad de expresión y hace posible la persecución de la disidencia, ese enemigo interno, que tiene cooperantes externos. La esencia de la democracia es el respeto de la mayoría, hacia la minoría que puede disentir. En mi concepto, en Venezuela está cerrado el círculo: no es democracia sino lo que llamamos teóricamente, una autocracia competitiva. La utilización de la fachada democrática de origen por las elecciones, pero en el ejercicio del poder hay desviaciones que la asemejan más al totalitarismo o, al autoritarismo con cercenamiento de libertades individuales y colectivas.

El enemigo interno

Eres tú y todo aquel que se oponga al socialismo ¿Queda claro? “Bajo la lógica del primer Plan Socialista Simón Bolívar (2007-2013) y del Plan de la Patria (2013-2019) enemigo es quien se oponga al establecimiento y profundización de la revolución socialista”. Utiliza la frase, “se ha pasado a la fase del no retorno” (Antonio Gramsci). Esto es una guerra total. O ganan todo o pierden todo, pero se la van a jugar completo. Digo esto con conocimiento de causa, la gente se leyó el folletico que entregó cuando por primera vez se presentó como candidato presidencial, yo me leí completo el testamento político de Chávez, por cierto, Nicolás Maduro ha hecho modificaciones.

No se desvíe la atención. [En acción el verbo acorralar. Este foro limitado a una página. Reducida la compaginación del domingo, la promesa de regularización de la entrega de papel, es otro ofrecimiento incumplido aunque haya mediado el Defensor del Pueblo].

– ¿Cuál es el rol de las fuerzas armadas en el combate del enemigo interno en esta guerra de ganarlo todo?

– Las fuerzas armadas ya no son apolíticas, profesionales y no deliberantes, se han convertido en una fuerza socialista y bolivariana, por consiguiente es una guardia pretoriana del Presidente y del régimen. Propiciarán la consolidación del Estado socialista, es decir, combatirán el surgimiento del enemigo interno para que no se vea amenazada la profundización del Estado socialista. Por eso las consignas patria socialismo o muerte, viviremos y venceremos, desarrollan el espíritu de cuerpo hacia una parcialidad política y no al servicio del Estado en su conjunto.

Y todo jurídicamente sustentado

-Es correcto. Ajustado al cuerpo político que planteó Chávez desde que comenzó su mandato. Se ha desarrollado una “paraconstitución”, el desarrollo orgánico de técnicas jurídicas y legislativas a partir de una interpretación del texto constitucional. Y la oposición ha sido cómplice.

– ¿Cómplice? O más bien no ha entendido la naturaleza política del régimen.

– No ha entendido el juego político en el que está metida.

Sembrar terror

– ¿Cuáles son las consecuencias fácticas de esta Habilitante antiimperialista?

– La siembra del miedo. La penalización de la disidencia acaba con el derecho a la protesta, legítima en cualquier democracia. ¿Quién se atreve a protestar si le pueden meter un tiro? Lo permite la resolución del ministro de la Defensa general en jefe Vladimir Padrino (008610). Agrégale la delincuencia desbordada y la escasez ¿Quién en el país está pendiente de valores abstractos como la democracia, la libertad, la justicia? ¿En el barrio, en los sectores de clase media, de los trabajadores? Nada más que a sobrevivir, ni siquiera aspiran a progresar.

Esta Habilitante antiimperialista encierra la visión del gran hermano omnipresente, supervisándote, que no te deja ejercitar tu libertad. Acentúa un problema histórico del ADN venezolano. Que todo lo puede solventar con una ley y no es así.

Ojalá que en el país no experimentemos la ilegalización de partidos y organizaciones políticas, ni la acentuación de la “cacería” de los opositores que se identifiquen con el “frente salidista”, ni la persecución a los que piensan distinto en las universidades. Ya muchos periodistas han caído en la autocensura, lo peor, ponerse de espalda a la libertad de expresión por miedo, mientras el Estado avanza hacia la censura formal y se avance en la militarización fáctica de la vida nacional.

El problema medular en Venezuela es que el pacto social está roto y tiene que haber consensos sobre las instituciones que se requieren, no se resuelve con una ley habilitante.




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