Ley del silencio impera en Belén


La estación policial de Belén espera ser reacondicionada. (Foto Saúl Zerpa)

Cristhopher Borrero

En el casco histórico de Belén se guardan silencios cómplices. Los ciudadanos por temor a represalias prefieren autocensurarse antes que denunciar la inseguridad reinante en el pueblo ganadero.

Afortunadamente no todos se silencian. Roselia Landaeta, habitante originaria de la zona, consideró que la criminalidad ha ido en auge desde que la estación policial fue clausurada.

“Eso pasó hace más de dos años”. Landaeta denunció el bajo patrullaje de la zona. “Antes solo había dos policías en la Comandancia, pero ahora estamos sin patrullas ni motorizados. Por acá vienen cuando hay algún caso, pasean unos dos días y luego no regresan”.

Versiones oficiales alegaron que los mismos vecinos habían quemado el módulo policial, no agregaron detalle. Trascendió que existen planes para reacondicionar el módulo policial, sin embargo no se ha definido cómo ni cuándo se materializará el proyecto.

Un habitante, quien denunció bajo anonimato, recordó que el pasado sábado se perpetró un asesinato en la zona, a las 9:00 de la noche, pero las fuerzas de seguridad llegaron casi 12 horas luego del incidente, a las 9:30 de la mañana del domingo.

Belén está lejos de Güigüe, que alberga las estaciones de policía más cercanas. El recorrido dura 20 minutos en promedio. La ruta es en ascenso mayormente, las calles son estrechas y están en mal estado, por lo que el acceso es complicado.

Los órganos de seguridad hacen lo posible para brindar protección a Carlos Arvelo, refirió Nelson Suárez, supervisor de la policía municipal, pero el personal es insuficiente, sólo en el módulo de PoliCarabobo hay 83 oficiales policiales y en la Policía Municipal apenas 40.

Mauro Ceballos, residente del sector, refirió que no se puede salir de noche, pues cualquier descuido es una oportunidad para el crimen. Resaltó que en diciembre un conocido salió y festejó el 24 de diciembre, día de Navidad, en casa de su hijo, al regresar notó que su morada había sido violentada y robada. “Se robaron televisores y varias pertenencias de mi amigo”.

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