Jenny Sánchez Petit

Varios grupos de locos y locainas salieron por las calles de Bejuma imprimiéndole alegría y chispa a este día. Cada 28 de diciembre, en varios lugares del país, se celebra el Día de los Santos Inocentes. 

En el eje occidental carabobeño ésta es una tradición que se desarrolla desde el siglo pasado y ha contado con personajes que  se han dedicado a mantener una actividad que está llena de bailes, cánticos y travesuras. 

Los “locos”, en general jóvenes que se visten de mujer, en una caja de cartón llevan un muñeco al que le falta algún miembro, hecho que utilizan para solicitar dinero, el cual luego es utilizado, en muchos casos, para hacer una celebración. 

Por octavo año consecutivo la Fundación Cultural Kaituco recrea esta tradición, la cual fue iniciada en Montalbán  por el desaparecido cultor popular Cipriano “Chicho” Tarazona, hace más de cuatro décadas. 

Tarazona se reunía con un grupo de músicos de parranda central de Montalbán, como los Alegres Caminantes, La Flor del Jabillo, Alma Soñadora y La Jabillera, y salían por las calles del pueblo al compás de la tonada pidiendo para bautizar a “la niña”, la cual era una muñeca que simbolizaba a los niños inocentes. 




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