Los galardones se llamarán ahora Premios Princesa de Asturias. (Foto AFP)

AFP

Paz, dignidad, educación y cultura: los galardonados con los Premios Príncipe de Asturias, entre ellos el argentino Quino, padre de la contestataria Mafalda, defendieron este viernes la lucha por un mundo mejor, al recibir sus recompensas de manos del rey Felipe VI.

«Hubiese querido que este honor fuese recibido por las miles de mujeres congoleñas, víctimas de la guerra y de la violencia sexual, despojadas de todo honor desde que sus cuerpos fueron transformados en campos de batalla», afirmó en un emotivo discurso la periodista congoleña Caddy Adzuba.

Recompensada con el Príncipe de Asturias de la Concordia por denunciar la violencia sexual contra las mujeres, Adzuba tuvo también palabras para los niños nacidos de dichas violaciones.

«Son a su vez víctimas de violaciones cuando son niñas, o reclutados a la fuerza en las bandas armadas cuando son niños, en un círculo vicioso de sufrimiento y desolación», agregó, ante el selecto auditorio del Teatro Campoamor de Oviedo, capital de Asturias y sede de la fundación que desde 1981 concede anualmente estos premios.

Y ante la mirada atenta del argentino Joaquín Salvador Lavado Tejón, más conocido como Quino, que a través de Mafalda, aquella pequeña niña de tinta y papel famosa por rebelde y contestataria, llevó a todo el mundo la denuncia de la opresión y las injusticias.

Galardonado con el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades por los «lúcidos mensajes» de sus tiras cómicas, Quino no habló durante la ceremonia de gala, pero recogió emocionado el premio, dotado con 50.000 euros (65.000 dólares) y una escultura creada por Joan Miró, de manos del rey.

Premio a Quino y a Mafalda

«Es la primera vez que nuestros galardones reconocen a un dibujante y lo hacen premiando la obra de un hombre que trabaja, según él afirma, para que le mundo vaya del lado de los buenos», aseguró Felipe VI.

«Mafalda y los demás personajes de Quino, nacen de su mirada aguda e intuitiva, son profundamente humanos, y están dotados de una inteligente ironía, de una dulce inocencia o de un apabullante sentido común», destacó.

Calificado como un «referente» por los humoristas gráficos, Quino, que creó las aventuras de la pequeña niña irreverente entre 1964 y 1973, había recibido durante la semana un emotivo homenaje de sus colegas de profesión reunidos en Oviedo.

Esta ciudad del norte de España se llenó además de referencias a sus obras.

Una réplica de la escultura bonaerense de Mafalda fue sentada en un banco de un céntrico parque y los cocineros locales hicieron prueba de imaginación para crear, o al menos intentarlo, una sopa que fuese del agrado del personaje, conocido por odiar este plato, convertido en metáfora de la autoridad.

«Con un sentimiento genuino de profunda humanidad», Quino «ha sabido imbuir a sus personajes de una admirable capacidad para transmitir valores educativos universales», aseguró el rey.

También el químico español Avelino Corma Canós, galardonado junto a los estadounidenses Mark E. Davis y Galen D. Stucky con el premio de Investigación Científica, defendió el papel de la educación en el mundo.

«El objetivo (…) no es solamente formar buenos técnicos para triunfar en el campo profesional, lo que deseamos y pretendemos es que nuestros jóvenes alcancen una formación integral como seres humanos libres y conscientes de su responsabilidad social», afirmó.

El escritor irlandés John Banville, álter ego del autor de novelas policiacas Benjamin Black, fue otro de los cuatro galardonados que hablaron en nombre del resto de sus compañeros, y lo hizo recordando palabras de su compatriota Samuel Beckett: «Nuestra gloria estriba en persistir, desalentados pero jamás vencidos».

Entre los premiados este viernes en Oviedo, el arquitecto canadiense-estadounidense Frank Gehry, el historiador francés Joseph Perez y los representantes del maratón de Nueva York y del programa de intercambios educativos estadounidense Fulbright.

Tras la proclamación de Felipe en junio como monarca, a raíz de la abdicación de su padre Juan Carlos I, estos prestigiosos galardones españoles se llamará a partir de ahora Premios Princesa de Asturias, en honor a la heredera del trono, la princesa Leonor, que la próxima semana cumplirá nueve años.




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