Dayrí Blanco
Oscuras, sucias y corruptas. Esas
fueron las palabras que empleó la exparlamentaria María Corina Machado para
definir las elecciones que se celebrarán el 6 de diciembre en medio de un
ambiente político “represivo y dictatorial”. Dejó claro que bajo estas
condiciones no basta con ser mayoría para lograr la victoria.
Todo está a favor del oficialismo de
cara a las parlamentarias. Machado, con el respaldo de 28 pronunciamientos
internacionales, exigió un Consejo Nacional Electoral (CNE) imparcial,
verificación exacta del sistema electrónico de votación, observación internacional
calificada, que se permita abrir las cajas y hacer el conteo manual de los
votos, libertad de medios de comunicación, que cese la represión contra
periodistas, condiciones de libertad para la competencia política y que no
hayan presos políticos ni inhabilitados. De lo contrario no hay garantías de
que se respete la voluntad de los electores.
Su postulación como candidata a la
Asamblea Nacional (AN), pese a la inhabilitación administrativa, se mantiene y
la hará a través de la tarjeta única de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
“Defenderé mi derecho a participar en las elecciones. No vamos a tolerar que
sea Diosdado Cabello quien decida quienes serán los candidatos de la fuerza
democrática”.
Las dictaduras se enfrentan todos los
días en todos los planos democráticos, incluyendo el electoral, pero se debe
saber lo que ellos traman, expuso. “El apoyo internacional es importante para
que el oficialismo reconozca la victoria de la mayoría”. Pero aunque el
secretario general de la OEA, Luis Almagro, tiene la disposición de viajar a
Venezuela pero el Gobierno no le permite la entrada.
En el caso del circuito 3 de Carabobo
tras la inhabilitación de Enzo Scarano, Machado desestimó que se genere una
discusión política pese a que hay sólidos argumentos en quienes prefieren que
el sustituto se elija por consenso, y en quienes han manifestado que se tomen
en cuenta resultados de encuestas y de las primarias realizadas el 17 de mayo.
Prefirió apostar por que se respete la voluntad de los electores.
