Maduro mantuvo su beligerancia verbal. (Foto EFE)

EFE

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, mantuvo este domingo su ataque verbal contra el «imperio» estadounidense, sus legisladores y su presidente, Barack Obama, y contra los que denominó «satélites aliados».

El gobernante hizo estas declaraciones al día siguiente de que España expresase su «enorme malestar» por sus palabras sobre el expresidente del Gobierno José María Aznar (1996-2004), al que el viernes culpó de la muerte de más de un millón de personas en la guerra de Irak al brindar su apoyo al entonces ocupante de la Casa Blanca, George W. Bush (2001-2009).

Tanto en Cuba, donde asistió este domingo a la XIII Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), como en una entrevista grabada en Caracas, Maduro mantuvo su beligerancia verbal contra los que calificó de «imperio e imperialistas», si bien hoy no citó al exmandatario español.

«Solo con Estados Unidos y sus satélites aliados, la ultraderecha en el mundo, sigue una confrontación que es histórica, que viene de (la guerra independentista liderada por Simón) Bolívar y es la confrontación del modelo imperial y el modelo bolivariano antiimperial, de dignidad, de paz, que es el nuestro», sostuvo.

«Un millón doscientos mil muertos en Irak por culpa de Aznar, el asesino de España, sangriento asesino de España», afirmó el viernes, cuando comentaba la actual caída de los precios del petróleo que, insiste, obedece a «una jugada imperial» que afecta a los países petroleros.

El Gobierno español salió de inmediato al paso de las que calificó como «falsedades y calumnias» contra Aznar, las deploró por «lamentables» y apuntó que «son desgraciadamente demasiado frecuentes por parte del Gobierno de Venezuela».

Jesús Gracia, secretario de Estado español para la Cooperación e Iberoamérica, convocó el sábado al encargado de negocios de la embajada venezolana en Madrid, Julio García, y le pidió trasladar a su Gobierno el «enorme malestar» por las «inadecuadas afirmaciones» sobre Aznar.

Supuesto magnicidio desde Ecuador

Nicolás Maduro reveló que se abortó en Ecuador la semana pasada un magnicidio en su contra dirigido por la misma «gente irracional» que a inicios de año intentó matar al opositor Leopoldo López para conmocionar a Venezuela, pero que él le salvó la vida al convencer a sus familiares de que se entregara a la justicia, lo que ocurrió el 18 de febrero pasado.

López afronta un juicio penal por supuestamente incitar unos actos de violencia política callejera registrados el 12 de febrero que dieron paso a una oleada de manifestaciones antigubernamentales que se extendieron por el país durante cuatro meses y que dejaron un saldo final de 43 muertos y centenares de heridos y detenidos.

Esa oleada formó parte, según Maduro, de un empeño estadounidense por acabar con la Revolución Bolivariana que comenzó su antecesor, Hugo Chávez, cuya gestión de 14 años (1999-2013) casi no conoció de treguas en su relación de conflicto con Washington y sus aliados.

Por ello, admitió hoy Maduro, no han sido pocas las ocasiones en las que ha deseado romper «todas» las relaciones con Estados Unidos.

«A veces provoca. Si uno actuara solamente con el sentimiento de dignidad, provoca romper las relaciones diplomáticas y políticas con el Gobierno de Estados Unidos. Todas las relaciones. Cerrar la embajada allá, cerrar todos los consulados y punto, se acabó, y que se vaya la embajada de (EE.UU.) acá, completica», subrayó hoy.

Marcha oficialista

En este contexto, confirmó que mañana habrá en Caracas una marcha de repudio a las políticas estadounidenses, especialmente a iniciativas aprobadas en los últimos días por el Senado y la Cámara de Representantes y que solo aguardan la firma de Obama.

«Provoca (la ruptura), pero respiro y me entra la sabiduría chavista de que ese conflicto no va a durar 6 meses, un año, es histórico, trae 200 años», agregó Maduro en alusión al empeño que le achaca a Estados Unidos de someter al continente tras la guerra de independencia del imperio español de inicios del siglo XIX.

«¿Qué se cree el Congreso de Estados Unidos, los representantes y los senadores, que los venezolanos ante una resolución de ellos amenazando a Venezuela nos vamos a arrodillar y que yo voy a salir corriendo a la embajada de Estados Unidos aquí a pedir perdón?».

«¡No conocen nuestra psicología, no conocen el amor que llevamos por dentro. Es un insulto que crea indignación que el Congreso de Estados Unidos y ahora la Casa Blanca salgan a aplaudir sanciones contra Venezuela!», agregó el gobernante suramericano.




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