AFP

El huracán Matthew descargó toda su furia en el extremo oriente de Cuba, donde cuatro municipios de Guantánamo permanecían aislados y con bastantes destrozos, aunque las autoridades no habían detectado víctimas hasta la noche de este miércoles.

Baracoa, Imías, Maisí y San Antonio del Sur estuvieron por varias horas bajo el azote de las lluvias y vientos de Matthew, que tras su paso por Cuba llegó a Bahamas y se dirige a la costa este de Estados Unidos, convertido en un poderoso ciclón de categoría 3 en una escala de cinco, según el Centro Nacional de Huracanes (CNH), con sede en Miami.

«Fue algo tenebroso. De Baracoa no queda nada, solo escombros y restos. Las casonas coloniales en el centro de la ciudad, que eran tan lindas, están destruidas», contó Quirenia Pérez, una ama de casa de 35 años que habló vía celular con la AFP. 

Con casi 82.000 habitantes, Baracoa es la ciudad más antigua de Cuba. Fue fundada hace 505 años y hoy es un polo turístico de Guantánamo, donde además opera una base estadounidense que había sido evacuada parcialmente antes de la llegada del huracán.

«En Baracoa hay bastantes destrucciones, no tenemos reportadas pérdidas de vida, pero pérdidas materiales parece que sí son bastantes», dijo el general y viceministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Ramón Espinosa.

El ciclón, que forzó la evacuación de más de 1,3 millones de personas en seis provincias del oriente cubano, arrojó rocas de gran tamaño que impedían el paso por carretera hacia esa ciudad, según observó un equipo de la AFP.

Baracoa está aislada pero con comunicaciones, a diferencia de Imías, Maisí y Santo Antonio del Sur. 

Con la punta de Maisí «hasta este momento todavía no hemos podido establecer comunicación y nos han mantenido, como es lógico, muy preocupados», declaró Celso Pazos, director del Instituto de Meteorología.

Extremadamente peligroso, Matthew es el mayor huracán que azota el Caribe en casi una década, de acuerdo con el CNH. A su paso por Haití y República Dominicana dejó 14 muertos y daños que recién empiezan a ser cuantificados. 

Tras alejarse de Cuba, el fenómeno azota Bahamas antes de impactar el jueves a Estados Unidos, donde ya están en curso evacuaciones. 

– El mar embravecido – 

Baracoa se perfilaba como el epicentro del desastre en la isla. «Todavía estoy en pánico, sin corriente (energía), sin teléfono fijo. Las tejas de mi casa se las llevó el huracán (…), todo el litoral del malecón están destruido», comentó Pérez.

El mar se adentró 200 metros en la costa y desató gigantescas olas. 

«El 70% de los techos (de Baracoa) volaron, hay muchos árboles, polos eléctricos y telefónicos derribados. La fuerte penetración del mar ha provocado inundaciones, y derrumbes parciales y completos de casas», dijo a la AFP Joel Gómez, de la ONG humanitaria Oxfam en Guantánamo, apoyado en informaciones de la Cruz Roja. 

Por su parte, el general Espinosa estimó que en el municipio de Maisí, por dónde entró el huracán la noche del martes con vientos de 150 km/h, debe haber «bastante destrucción» ya que Matthew se estacionó allí por varias horas.

En los cuatro municipios más afectados habitan unas 158.000 personas. En la zona hay cultivos de coco, cacao y café, principalmente.

Este jueves «van a salir los equipos de evaluación de daños para tasar lo que ha pasado en el territorio», declaró el número dos de la Defensa Civil, Luis Ángel Macareño, a la televisión estatal.




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