(Foto Archivo)

EFE

Thomas Müller (Weilheim, Baviera, Alemania, 24 años), muestra una tranquilidad pasmosa en cada partido que disputa con Alemania.

Su juventud no le aporta más presión de la que siempre hay en un Mundial. No es un veterano de la Mannschaft, pero lo parece. Sus números son perfectos y no pasan desapercibidos.

El jugador del Bayern de Múnich disputa su segunda Copa del Mundo tras la que jugó en Sudáfrica, donde, con veinte años, fue una de las sensaciones del torneo. España acabó eliminando a Alemania en semifinales, pero Müller culminó su campeonato en lo más alto de la clasificación con cinco dianas. Además, la FIFA le nombró mejor jugador joven del Mundial.

En Brasil, Müller ha superado la primera fase con nota. No se ha arrugado y cuatro años más tarde de tu tremendo pelotazo sigue con las pilas cargadas. Se estrenó con un triplete en el primer partido ante Portugal y marcó otro tanto frente a Estados Unidos. Sus cifras, impresionan. Su media de goles indica una efectividad pasmosa: en los Mundiales, ha marcado nueve goles en nueve partidos.

Cien por cien de efectividad. Indiscutible. Pelé, que marcó doce goles en los cuatro Mundiales a los que acudió, alcanzó las nueve dianas con casi treinta años en su última participación, en México 1970. Müller, en sólo dos torneos y con cinco años menos, ha igualado al mítico jugador brasileño. Y podría superarle si Alemania llega lejos en el Mundial de Brasil.

Su carácter es fuerte. Incluso el delantero germano no tiene reparos en desobedecer a su entrenador, Joachim Löw, para saciar su hambre. En el primer partido contra Portugal disputado en la calurosa ciudad de Salvador, tenía órdenes de no correr demasiado para no perder fuelle a lo largo del choque. Sin embargo, mostró su carácter y optó por hacer lo contrario.

«El técnico Joachim Low me pidió no correr mucho por el calor, pero la verdad no le hice caso», dijo después de marcar tres goles y de ser elegido hombre del partido por la FIFA. Sus palabras denotan ciertas ganas de demostrar en este torneo que vale para disputar encuentros de primer nivel.

En el Bayern, Pep Guardiola sentó en el banquillo a Müller en el partido de ida de las semifinales de la Liga de Campeones que disputó contra el Real Madrid. El delantero alemán se mostró contrariado en sus declaraciones: «No estoy encantado, sorprendido sería la palabra adecuada. Sin embargo, no es momento de hablar de esto».

Algo más de un mes después de aquello, prefiere hablar en el campo. En Alemania es indiscutible. Alemania sin Müller no sería la misma, faltaría mucha efectividad y calidad. Y, en Brasil, se está superando. Al finalizar la primera fase, lleva un gol menos que en Sudáfrica. Y tres más que en los tres primeros partidos del torneo.

Sólo dos jugadores marcaron con Alemania más tantos que Müller en la primera fase. Lo hicieron Gerd Müller, en Alemania 1970, donde finalizó la ronda inicial con siete tantos, y Miroslav Klose, con cinco, en Corea y Japón 2002.

Sus números son los mismos que los de Maximilian Morlock en Suiza 1954, Helmut Rahn en Suecia 1958, Karl-Heinz Rummennige en España 1982, Jürgen Klinsmann en Estados Unidos 1994 y Klose en Alemania 2006. Todos, después de los tres primeros partidos del torneo, marcaron cuatro tantos.

Pero la efectividad a tan temprana edad de Müller es incomparable. Con 24 años se ha destapado como un artillero preciso y fiable. Forma parte de una maquinaria que, casi siempre, suele llegar lejos en las grandes citas. Müller es la pieza precoz más efectiva de la Mannschaft.




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