Netflix acaba de superar los 50 millones de abonados. (Foto Archivo)

AFP

Netflix, el gigante estadounidense del vídeo a la carta por abono, desembarca el lunes en otros seis países europeos, en un mercado atomizado donde los pequeños actores afilan sus armas para no dejarse engullir.

Líder mundial del sector, Netflix acaba de superar los 50 millones de abonados en el mundo, entre ellos 36 en Estados Unidos. Su objetivo en Europa, al igual que en todos los mercados a donde llega, es seducir «a un tercio de hogares de aquí a cinco o diez años», contó recientemente el presidente Reed Hastings.

En los últimos años, la empresa californiana, cuya actividad es rentable en Estados Unidos pero deficitaria en otras partes, ha emprendido una política de expansión «hegemónica», explica Nicolas Reffait de la agencia especializada BearingPoint.

«Necesita crecer territorialmente para que el negocio funcione. Cuando se crea un mercado de precios bajos, hay que aumentar la base de usuarios», sostiene.

El gigante estadounidense del streaming, fundado en 1997 con alquiler de DVD, se ha ido implantando progresivamente en el continente americano, y desde 2012, en media docena de países en Europa (Reino Unido, Irlanda, Escandinavia y Holanda). Ahora llega a Francia, Alemania, Austria, Suiza, Bélgica y Luxemburgo.

Mientras tanto, «todos los actores europeos de la SVOD (vídeo a la carta por abono) han aprovechado la publicidad que envuelve a Netflix para mejorar su oferta esperando que se traduzca en abonos adicionales», estima Pascal Lechevallier, fundador de What’s Hot, empresa especializada en nuevos medios.

En Alemania, mayor mercado de Europa con sus 80 millones de habitantes, Netflix lo va a tener difícil. Snap, el servicio de SVOD de la cadena de pago Sky Deutchland que existe también en Austria, ha reducido su abono mensual de los 9,90 euros a 3,99, la mitad del precio de salida de Netflix (7,99 euros).

Maxdome, otra plataforma de SVOD propriedad del grupo de prensa ProSiebenSat.1, está presente en Austria y en el mercado del vídeo a la carta desde 2006 en Alemania, donde copa el 44% del mercado, con 60.000 contenidos en su catálogo. A principios de septiembre, el patrón Andreas Heyden, se preguntaba en el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung si Netflix iría a borrarlos del mapa. «Ignoro lo que va a pasar, pero estamos bien preparados», se contestó.

En Francia, otro territorio estratégico del viejo continente, los futuros competidores de Netflix afilan sus armas. El miércoles, el grupo Canal+, uno de los gigantes del sector audiovisual europeo, reforzó y modernizó su oferta CanalPlay, que ya cuenta con 520.000 abonados en 3 años.

Netflix no dice el número de abonados que tiene por país, pero según la agencia Enders Analysis, acaba de superar los 3 millones en Gran Bretaña. Con el fin de desarrollarse cada vez más, y en especial en Europa, donde ha registrado un volumen de negocio de 295 millones de euros en 2013, según Gfk (9% de sus ingresos totales), Netflix lleva a cabo una estrategia de producciones originales en los países donde se instala y de compra de derechos, sin escatimar gastos.




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