El premio Nobel de
Economía reconoció este lunes al británico-estadounidense Angus Deaton por sus
estudios sobre el consumo y sus vínculos con el bienestar y la pobreza, de gran
influencia en el mundo académico y la política.

Al
enfatizar la relación entre las decisiones sobre el consumo individual y los
resultados de la economía en conjunto, su trabajo ha contribuido a transformar
las modernas microeconomía, macroeconomía y la economía de desarrollo, señaló
en su fallo la Real Academia de las Ciencias Sueca.

El jurado
quiso distinguir a Deaton por tres logros concretos: el sistema para determinar
la demanda de diferentes bienes que elaboró con John Muellbauer hacia 1980; los
estudios que vinculan consumo e ingresos realizados en la década siguiente y su
trabajo posterior sobre estándares de vida y pobreza en países en desarrollo.

Durante
las décadas de 1960 y 1970 varios economistas descubrieron que los sistemas de
demanda existentes no predecían con precisión cómo esta variaba con los precios
e ingresos, ni parecían ser consistentes con la presunción de los consumidores
racionales.

Deaton
demostró que esos sistemas eran más rígidos de lo que se creía y que
restringían el comportamiento de los consumidores en una serie de asunciones
que no reflejaban sus elecciones.

Su
respuesta fue el sistema casi ideal de demanda, un modelo que describe cómo los
hogares distribuyen su consumo entre varios bienes en un período específico de
tiempo atendiendo a sus gastos totales.

El
potencial de expansión y la flexibilidad de este sistema proporcionaron un
impulso a los estudios sobre comportamiento de los consumidores, y este modelo
continúa siendo una herramienta común para analizar los efectos de las
políticas económicas, los índices de precios y para comparar estándares de vida.

Lo que
hizo Deaton en varios artículos publicados hacia 1990 fue deducir varias
implicaciones prácticas de ese modelo que cambiaron las ideas básicas sobre las
relaciones entre teoría y práctica.

Deaton
demostró, por ejemplo, que la hipótesis de Friedman predecía que el consumo
varía más que el ingreso porque a un aumento no esperado de este para la
economía en conjunto suelen seguir subidas de ingresos adicionales en los años
posteriores.

Pero esa
conclusión contradice los modelos de datos totales, donde el consumo varía
menos que el ingreso, lo que dio lugar a lo que se conoce como la paradoja de
Deaton.

La clave
para resolverla es estudiar el ingreso y el consumo de individuos
, cuyos
ingresos fluctúan de una forma completamente diferente a la del ingreso medio.

Tras sus
trabajos sobre demanda y sobre consumo e ingresos ha dedicado los últimos años
a analizar los países en desarrollo, resaltando la importancia de construir
series de datos exhaustivas del consumo de diferentes bienes por los hogares,
ya que en ellos suele ser más fiable y útil que los ingresos.

Así probó
que los conjuntos de datos transversales donde se rastrean grupos de hogares no
solo son más simples y baratos, sino en muchos casos preferibles, y mostró cómo
aprovechar la variación en valores unitarios (el gasto dividido entre la
cantidad) para construir precios de mercados locales cuando no están
disponibles.

Sus
trabajos en este campo han sido determinantes para llevar los estudios en
economía de desarrollo de un campo casi estrictamente teórico a otro práctico,
destacó la Academia en la motivación del galardón.

Angus
Deaton, en la actualidad profesor de Economía y Asuntos Internacionales por la
Universidad de Princeton (EE.UU.), sucede en el palmarés del Nobel al francés
Jean Tirole, galardonado por sus estudios sobre la regulación de los mercados,
el poder de las empresas y la competencia.

El Nobel
de Economía está dotado, al igual que el resto de estos galardones, con 8
millones de coronas suecas (855.000 euros, 954.000 dólares), y se entrega el 10
de diciembre en una doble ceremonia: en Oslo, para el de la Paz; y en
Estocolmo, para el resto.

A
diferencia de los otros cinco Nobel, el de Economía es el único no instituido
por el creador de los galardones (el magnate sueco Alfred Nobel)
, sino por el
Banco de Suecia en 1968. EFE




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