La falta de ejercicio es causante de 27% de los casos de diabetes en el mundo. (Foto Archivo)
Está demostrado que la actividad física regular ayuda a mantener el cuerpo sano y combinada con una buena alimentación mejora la calidad de vida y el bienestar individual. Pero a su vez trae consigo otros beneficios a nivel psicológico, neurológico y espiritual, como lo avalan varios especialistas en distintas áreas médicas.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la inactividad física es el cuarto factor de riesgo más importante de mortalidad para las personas. Sus estudios indican que la falta de ejercicios es la principal causa de aproximadamente 25% de los casos de cáncer en el colon y mama, 27% de diabetes y 30% de cardiopatía isquémica.
Dado al aumento de los problemas de salud asociados a una vida sedentaria y con deficiencias alimenticias, desde 2002 la OMS celebra cada 6 de abril el Día de la Actividad Física.
Previene enfermedades
Ricardo Javornik, experto en medicina deportiva y embajador de la cadena Gold's Gym Venezuela, indicó que la actividad física es útil en el campo de la medicina preventiva al sacar a las personas del sedentarismo. “Se ha demostrado que 30 minutos diarios de ejercicio de intensidad moderada, producen efectos benéficos sobre el sistema cardiovascular, pulmonar, muscular, digestivo, cerebral y metabólico”.
El especialista explicó que el acondicionamiento físico tiene como objetivo mejorar variables como el peso, la grasa corporal, resistencia, fuerza muscular y flexibilidad, y se desarrolla mediante un plan específico que generalmente amerita hasta una hora diaria de trabajo.
Cerebro y espíritu sanos
Por su parte el neurólogo Ciro Gaona sostuvo que hay evidencia científica que asocia el ejercicio con tener un mejor cerebro. “Cada vez que hacemos una actividad física se activan los circuitos de las neuronas, facilita la liberación de sustancias que tienen funciones neurotróficas, es decir, sirven como abono para facilitar el cuidado, formación y comunicación (sinapsis) de esas células del sistema nervioso”.
Gaona quien es también director médico de la Fundación Alzheimer Venezuela añadió que la actividad física disminuye el riesgo de desarrollar trastornos cognitivos y enfermedades neurodegenerativas. En caso de que ya se tenga el diagnóstico, puede disminuir la velocidad de progresión de la patología.
El neurólogo aseveró que el ejercicio físico colabora también en el equilibrio de los neurotransmisores, lo que facilita la motivación, atención, memoria, aprendizaje y promueven condiciones para tomar mejores decisiones y ser creativos. "Es extraordinario para cuidar ese precioso milagro que es nuestro cerebro, ese órgano físico y espiritual que marca nuestra vida y la de todos en nuestro entorno”, señaló.
A su vez la psicóloga María Garassini indicó que la actividad física y el bienestar psicológico tienen una relación muy importante para lograr salud y bienestar. “Realizar actividades y ejercitación física producen endorfinas que cuidan el sistema inmunológico y permiten tener más energía y sentimientos positivos de orgullo, satisfacción, alegría hacía uno mismo y buena disposición para el relacionamiento con los demás”, concluyó.
Nutrición y entrenamiento aliados inseparables
Ningún plan físico está desvinculado de los hábitos alimenticios, como lo destacó el nutricionista de Héctor Cruces. “70% del cumplimiento de los objetivos que tenga una persona depende de cómo nos alimentamos, el hecho de prestar atención no sólo a la calidad del alimento, sino a la cantidad, horarios, frecuencia del consumo, también son elementos de suma importancia”, resaltó.
El especialista enfatizó que la nutrición es una ciencia que se aplica para el tratamiento individualizado luego de obtener todos los datos de su condición. “Una vez recabada toda esa información se establece un plan de nutrición adaptado a los requerimientos calóricos y nutrimentales de cada paciente, se deben programar consultas para conocer la evolución y en función de ello realizar ajustes en el tratamiento”, agregó.